La música del cambio
Nadia Benedicto se estrena en el mundo del largometraje con un film que denota el paso del tiempo luego de una separación. Como bien lo dice el título, un interludio en la banda sonora de su vida y la de sus hijas será retratado con versatilidad estética y lúdica.
Sofía (Leticia Mazur) descubre que el padre de sus hijas Pachi (Lucía Frittayón) e Irina (Sofía del Tuffo) ya no estará más en sus vidas, y decide emprender un viaje con ellas hacia la costa de Argentina. Todo viaje implica siempre una transformación, representada con efectividad en la psicología de estos tres personajes que dejarán atrás su vieja vida para encarar una más acorde con sus sentimientos más profundos.
La clave de este film estará en la musicalización que acompañará momentos oníricos y surrealistas donde sus personajes parecen estar por instantes atrapados entre sus pensamientos, lo que sienten y lo que efectivamente realizan.
En Interludio, unas simples vacaciones familiares dan cuenta de algo que está más allá de las imágenes, y del guion, que si bien no sorprende, acompaña estos momentos de encuentro consigo mismas: una adolescente y sus primeras vivencias de amor, una niña inocente que se aparta de sus miedos y una madre ahora soltera que no teme fundirse en la pasión de un encuentro fortuito.
Con acercamientos de cámara en momentos claves y encuadres maravillosos, Nadia Benedicto describe la versión femenina del desencanto amoroso, pero a la vez de la necesidad de encontrar consuelo en el seno familiar, dejando un mensaje optimista acerca del cambio y la necesidad de adaptación en un mundo que, si bien parece hostil (basta recordar a Sofía mirando con desasosiego sus antiguas fotos en pareja o a Pachi escuchando a su madre llorar tras la puerta), se transforma en uno posible de andar , por lo menos en esta sección de la composición mayor de sus vidas.