Una mirada a la jungla de los adictos a la red
Como dos brillantes en medio del camino, aparecen a mitad de esta obra la actriz española Ángela Molina y el director mexicano Arturo Ripstein, componiendo una pareja de abuelos abandonados en el asilo. Intensa ella, desbordada de amor, malhumorado él, repitiendo su personaje público habitual. Aparecen poco, pero ellos llenan la historia con una sensación de realidad absoluta. La mayoría de los otros personajes parecen hipnotizados por la realidad virtual.
"Internet Junkie" pinta eso: personas dependientes de la computadora y sus derivados. Una rubia fascinada por el coronel que se levantó en algún sitio de citas, incapaz de advertir que el tipo no tiene la edad ni siquiera el corte de pelo que requiere su cargo (y para lucirse ella se compra ropa sexy, lógicamente por internet). Un grandulón que vive encerrado absorbiendo las enseñanzas de sucesivos sitios web (artes marciales, filosofía inútil, etc.), mientras sus padres desesperan. Una madre de familia sentada todo el día frente a la compu. Su hija adolescente acostada todo el día frente a la compu. El hijo que paga por sexo virtual. La chica que se gana sus dinerillos haciendo sexo virtual, para enojo y confusión de su novio, que (colmo de los colmos), requiere del GPS para ir caminando por la vereda hasta la veterinaria.
Entre medio, los abuelos que el nieto visita por obligación, descubriendo algo distinto en su vida. Vemos también una rara especie de ninfómana cool, bonita y peligrosa, que no deja títere con cabeza, un viejito senil que vive su propia fantasía, un tipo con un bate demasiado verdadero (y diríamos justiciero si en este caso no fuera algo "políticamente incorrecto"). En fin.
Este es el primer largo de Alexander Katzowicz, hecho entre la Argentina, México e Israel, en forma totalmente independiente. Pinta criaturas de nuestra época, suma personajes atractivos. Se nota que faltó plata para resolver algunas escenas (escuchamos el off de un noticiero sin ver las imágenes, que hubieran requerido varios extras). También falta más chispa en ciertas situaciones, algo que un coguionista habría podido aportar. Aun así, es un debut promisorio. En el elenco, Paula Carruega, Tatiana Olhovich, Antonio Birabent, Victoria Doubovik, el pibe Nicolás Baksht, y el perro Pomelo, que no dice mucho.