EXPERIMENTACIÓN Y SENSIBILIDAD
Por Cristian Mangini
(@cristian_mangi)
Hay que reconocer en este nuevo film del director argentino Gastón Solnicki la continuidad de una voz personal dispuesta a dejar su sello, experimentar y subvertir convenciones de género a la hora de representar en el cine alguna temática, ya sea desde la ficción o la no ficción. Y esto se menciona a pesar de que Kékszakállú (2016) resultó, a quien escribe, un ejercicio autoindulgente carente de la espontaneidad que tanto se pretende, a pesar de sus virtudes. Introduzione all’Oscuro, por el contrario, representa un buen ejemplo en sentido contrario.
A partir del acercamiento a la muerte de su amigo Hans Hurch (figura mítica de la Viennale), Solnicki construye un relato emotivo que se plantea, con una espontaneidad genuina, la urgencia de reconstruir la ausencia de una persona que ya no está, el duelo. Y lo hace con un tono personal, comprometiendo su figura para recorrer las calles y locales de Viena donde Hurch solía pasar sus horas, repitiendo sus rituales y rastreando sus obsesiones. En algunos segmentos la contundencia de las imágenes y cómo ilustra a su ausente protagonista es sumamente efectiva: la secuencia en el cementerio es un ejemplo.
Introduzione all’Oscuro utiliza el archivo como un elemento de soporte a través de la voz en charlas o a través de las cartas y fotografías, que dialoga así con la construcción que Solnicki hace de Hurch en la ciudad donde supo vivir.