El austríaco Hans Hurch, quien falleció en julio de 2017 a sus 64 años, fue director artístico del Festival de Cine de Viena (la Viennale) y supo hacer de ese festival un evento para recordar. Hombre excéntrico y de gustos diversos, nunca un elitista ni un purista, Burch era amigo del realizador argentino Gastón Solnicki (Papirosen), a quien conoció a propósito del estreno de Süden (2008), la ópera prima de Solnicki. Desde entonces, Hurch desplegó una mirada crítica y entusiasta sobre su obra. Al director artístico también se lo consideraba sinónimo de Viena, y por eso, entre otras cosas, su pérdida hoy no pasa desapercibida. ¿Quién mejor que Solnicki, entonces, para darle forma a su ausencia?
Eso es, precisamente, lo que Introduzione all’oscuro logra hacer. Al igual que sus obras previas, la nueva película de Solnicki no tiene nada de convencional. Es un documental, sí, pero no es solamente eso. Porque a Introduzione all’oscuro se lo puede pensar como una ficción, también, cuya trama gira alrededor de un investigador (Solnicki) que recorre algunos de los lugares que Hurch visitaba, como queriendo asir los objetos y momentos transitados por él, como intentando personificarlo y así hacer que vuelva a estar vivo, aunque sea ilusoriamente.
Como un espectro que busca habitar el plano de los vivos, Hurch se hace presente a través de su voz (y apenas algunas imágenes) capturada para siempre en las grabaciones en las que el austríaco critica aspectos varios de Papirosen, ante la escucha atenta del cineasta. Sus reflexiones son de carácter singular, sin duda, pero son también universales ya que pueden pensárselas en relación a muchas otras cosas, no solamente a la ópera prima de Solnicki. Lo mismo podría decirse de Introduzione all’oscuro, que ya promediando el metraje es, en gran medida, un ensayo fílmico de una considerable libertad estética y narrativa.
Así, el recorrido del realizador por las calles de Viena adquiere un carácter narrativo, no meramente descriptivo de la belleza de la ciudad. Hay una sensación de tristeza que flota en el aire, pero no de una tristeza depresiva. Casi se podría decir que es una tristeza bienvenida. Porque aquí el duelo por la pérdida de un amigo no se convierte en un lamento desgarrador, sino en una mezcla de melancolía y nostalgia. Por eso, en los bellos paisajes urbanos vistos a través de la óptica de Rui Pocas (el talentoso director de fotografía de Zama) subyacen muchos sentimientos que el discurso elige no manifestar. Y no solamente la ciudad se luce, también hay interiores íntimos y colectivos a la vez, como el tradicional cine Gartenbaukino, que evocan una época llena de belleza y amor por el cine.
Hurch tenía solamente un traje negro hecho a medida y lo usaba hasta que la tintorería ya no lo aceptaba más. A partir de esta inusual característica, Solnicki construye una escena no exenta de humor que se convierte en un pequeño gran homenaje al director de la Viennale. De hecho, Introduzione all’oscuro fue pensado como un film homenaje en sí mismo. Y salió muy bien. Porque resultó siendo tan singular, tan único, como lo era el homenajeado.
Introduzione all’ oscuro (Argentina, Austria, 2018) Puntaje: 8
Escrita y dirigida por Gastón Solnicki. Fotografía: Rui Pocas. Montaje: Alan Segal. Duración: 71 minutos.