Film con psicópata lejos de la Hammer
Para ser el elegido para la resurrección de los estudios Hammer Films, este thriller curiosamente no sólo carece de ambiente gótico, sino que ni siquiera transcurre en Inglaterra. Tampoco hay vampiros ni otros personajes clásicos del género fantástico, pero en cierto modo está emparentado con algunos films con retorcidos psicópatas de mediados de la década del 60, que le dieron a la Hammer un toque contemporáneo. Y, además, también está Christopher Lee, aunque lamentablemente poco aprovechado en un papel secundario que no aporta mucho.
El psicópata protagónico es Jeffrey Dean Morgan, que le alquila un departamento en Brooklyn a una cirujana recién separada. La pobre Hilary Swank ha sido advertida de que el edificio va a sufrir varios arreglos y que va a tener que soportar ruidos ncturnos, pero lo que no sabe es que el lugar está lleno de pasadizos dispuestos para que el aparentemente amable propietario se le pueda meter en el departamento. De ahí a dormir con alguien debajo de la cama, o escondido en un ropero, hay un solo paso. Y ni hablar de lo que puede pasar si el depravado utiliza somníferos para divertirse como quiera con su inquilina sin que ella se dé cuenta, salvo por la sensación de no haber descansado muy bien la noche anterior.
El director finlandés Antti Jokinen empieza la historia con un tono casi demasiado reposado para un thriller, pero hacia la mitad, la película explota con situaciones realmente tensas y perturbadoras. Las actuaciones son sólidas, lástima algunos descuidos del guión y un desenlace minimalista, bastante menos elaborado y sorprendente que los de las antiguas películas de psicópatas de la Hammer.