La inquilina que dio el mal paso...
Tras un reciente divorcio la doctora Juliet Devereau (Hilary Swank) logra cerrar una oferta increíblemente conveniente por un hermoso departamento en Brooklyn. El lugar es sumamente cómodo y espacioso y mucho mejor que todas las otras propuestas a las cuales había podido acceder.
Pareciera que tras ese momento duro del divorcio, las cosas comenzaran a encaminarse para Juliet.
No pasará mucho tiempo cuando a la incomodidad normal de comenzar a vivir en un lugar nuevo, se le sumen ciertos ruidos y situaciones que le hacen pensar que no está sola en la casa, que es evidente que está siendo observada u acosada.
Mientras su ex marido trata por todos los medios de volver a recuperarla, el dueño del departamento que alquila, Max (Jeffrey Dean Morgan quien ya habia compartido cartel con Swank en "P.S. I love you" y fue el protagonista de "Watchmen" y "Marido por accidente" junto a Uma Thurman) comienza a entrablar una relación amorosa con ella.
Durante la primer parte en la presentación de los personajes, el guión comienza a crear climas de muy buen suspenso. La trama se completa cuando a partir de un cierto detalle, se "rebobina" la historia para ir aportando datos a las situaciones ya vistas por el espectador que aportarán mayor cantidad de datos y cerrarán aún más el rompecabezas sobre la historia de los personajes principales.
Ya sobre la segunda mitad el tema de la mujer acosada en el departamento en donde vive sola, comienza a sufrir una acumulación de lugares comunes y situaciones ya vistas en otras películas que van perjudicando la calidad y la tensión del relato en general.
Si bien hay una muy buena factura técnica y la trama reparte algunos golpes de suspenso bien dosificados, "Invasión a la Privacidad" -traducción demasiado libre y poco feliz, de un título original mucho más acertado como el de "The Resident/El residente"- no aporta demasiado a un cine de género demasiado visitado sin que en este caso se puedan profundizar en aspectos nuevos o sorpresivos, sino por el contrario, todo se va tornando demasiado previsible.
El plato fuerte de la película es otra muy buena composición de Hilary Swank (dos veces ganadora del Oscar por "Los muchachos no lloran" y "Millon dollar Baby") quien transmite realmente desesperación y tensión en los momentos precisos. Hay una escena en particular donde la protagonista descubre el secreto de lo que está sucediendo y comienza a llorar contenidamente frente a su computadora que es una excelente muestra del talento de Swank para componer cualquier papel.
En este caso la acompañan Dean Morgan en un personaje bastante más oscuro de los que generalmente les toca en suerte componer, mostrando una faceta distinta y Vincent Price en un papel de reparto que suma puntos a favor de la película.
Sobre el final, "Invasión a la privacidad" que venia manejando un tono de suspenso con dosis de voyeurismo, perversión sexual y enfermiza que roza algunos momentos en un tono Hitchcockiano no logra encontrar una resolución a la altura del planteo inicial del film.
Un cierre imperdonablemente previsible y poco original, naufrangando en las aguas de lo más convencional que tenían a mano, hace que una trama que ayudada con las actuaciones de muy buen nivel, hubiese podido alcanzar puntos más interesantes, deje como resultado una simple película para pasar el rato y verla en casa desde la comodidad del sillón del living.