Los marines de siempre
Extraños meteoritos caen sobre el planeta y pronto se descubre que son naves extraterrestres decididas a atacar a la raza humana. Varias ciudades del planeta son destruidas sin piedad y la ciudad de Los Ángeles no será la excepción. Es entonces cuando un grupo de élite tiene la misión de evacuar un sector antes de que los alienígenas arrasen con todo. Esta tarea es llevada adelante por un grupo de hombres comandado por el teniente martínez, secundado por el sargento Nantz (Aaron Eckhart).
Nantz carga con la muerte de varios de sus muchachos en Irak y esto genera desconfianza por parte de los actuales soldados que dependen de él para sobrevivir en la batalla.
Un acierto del director es presentar a los personajes desde el inicio con agilidad y de manera verosímil, con fluidez introduce a los protagonistas no sin cierto toque de humor. La idea es ir rápido a la acción, no hay lugar para suspenso alguno. Los meteoritos pronto se revelan como naves enemigas de otro planeta y la misión comienza de inmediato. Obviamente no faltan las analogías patrioteras y los lugares comúnes del género.
Con ritmo semi documental, cámara en mano, vértigo en el montaje y buenas actuaciones, la propuesta no tarda en diluirse ante la falta de sorpresa. El director quema los cartuchos muy pronto, la resolución se hace evidente y no queda más que ver la artillería de efectos especiales utilizada para destruir Los Ángeles a la espera del final.