Realizada con notable pulso cinematográfico, acción trepidante e impecable tecnología, Invasión del Mundo. Batalla: Los Ángeles no se destaca en cambio por su idea, su guión ni por el tratamiento que le da a su remanida trama. Además, por momentos se vuelve irritantemente pronorteamericana y militarista. La escasa historia arranca, precisamente, en un campo militar, donde un veterano marine (Aaron Eckhart), decide retirarse del servicio tras un luctuoso operativo en Irak. Paralelamente una invasión masiva de naves extraterrestres asola a diversas urbes del mundo, incluyendo, claro está, a Los Angeles, donde el oficial en cuestión volverá al ruedo y se tomará revancha. Hay que decir que el film se despega de los códigos clásicos de la ciencia-ficción y se acerca más a una película de guerra, aunque standard. Aún así luce emparentada con la reciente Skyline La Invasión, probablemente debido a las tendencias que genera Hollywood, por no hablar de copias descaradas, mientras que los aliens y las naves recuerdan bastante a los diseños de Sector 9. El director Jonathan Liebesman tiene un par de interesantes antecedentes y aquí vuelve a demostrar su gran capacidad narrativa. Pero no contó con un buen sustento, y los tiros, explosiones y combates descarnados terminan por abrumar.