Una película coreana de muertos vivos que hará las delicias de quienes gusten de este cine
Un Apocalipsis Zombie se desata en Seúl. Un grupo de sobrevivientes logra escapar en un tren que se dirige a la ciudad de Busan. Llegar sanos y salvos no será tarea sencilla para los pasajeros de esta formación de alta velocidad.
El cine coreano de horror nos ha regalado grandes cintas en el pasado, películas que han servido de inspiración a infinidad de remakes norteamericanas. Claro que las originales siempre son mejores. Por eso, el estreno de este filme en salas comerciales argentinas es motivo de celebración. Primero, porque en raras oportunidades llegan largometrajes del lejano oriente a los cines nacionales, y mucho menos si son de horror. Y segundo, porque Invasión Zombie, es una gran película, que pese a tocar un tema reiterado como el de los "No-Muertos", lo hace de manera original, entretenida y con grandes dosis de acción, suspenso y sangre.
Los personajes, un grupo variopinto que van desde un padre y su pequeña hija, pasando por el CEO de una empresa hasta una pareja embarazada, están tan bien delineados, que empatizar con ellos no resulta una tarea difícil.
El director Sang-ho Yeon construye la película a pura tensión, dándole espacio a los conflictos personales de cada uno de los protagonistas en una trama mucho más grande en donde la confianza y el trabajo en equipo entre todos los personajes resulta fundamental.
El filme no tiene nada que envidiarle a las producciones de Hollywood. Los efectos son logrados, impactantes y los Zombies lucen aterradores y para nada lentos y tambaleantes como los clásicos "caminantes".
Invasión Zombie es una experiencia fílmica extrema, que merece ser vista en pantalla grande y en la inquietante oscuridad de la sala.