La producción coreana arremete con el tema zombie de manera vertiginosa cuando una travesía en tren se convierte en una verdadera pesadilla para un padre, su hija y un grupo de pasajeros.
Otra película con zombies. Ahora viene de Corea y bajo la batuta de Yeon Sang-Ho, realizador de Seoul Station, un film de animación que funciona como precuela de Invasión Zombie.
Un placentero viaje en el tren KTX que va de Seúl a Busan traslada al padre Sok-woo y su hija Soo-ahn para ver a su madre, aunque el primero no tiene ganas de reencontrarse con su ex mujer y la niña termina convenciéndolo. Y allí se embarcan sin imaginar que entre los pasajeros se extenderá una verdadera epidemia zombie.
Con la claustrofobia en primer plano, la película entretiene de manera vertiginosa y lo hace en esta historia impulsada por niños, adultos y ancianos que luchan por su supervivencia, se unen -en muchos casos- y también son presas del contagio que se instala.
Invasión Zombie no inventa nada pero entrega dos horas de puro impacto con una producción más que generosa que atraviesa suspenso, tensión, cine catástrofe y un clima gore en muchas de sus escenas. Un plato ideal para los fanáticos del subgénero que alguna vez disfrutaron con el clásico La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, incluso con Guerra Mundial Z y, más recientemente con Howl, film no estrenado en Argentina, donde un grupo de pasajeros a bordo de un tren detenido en el medio del bosque luchaba con hombres lobo.
Lo interesante es que la amenaza exterior aumenta mientras el desconcierto y los infectados crecen en algunos de los vagones, lo que obliga a los pasajeros a desplazarse constantemente sin ser advertidos. Ahí la construcción de los climas es muy acertada, al igual que las escenas finales con mayor despliegue y tomas aéreas. En la trama, los tópicos del compañerismo, el heroísmo y la lucha de poderes también se verán alterados en esta travesía sangrienta que dispara a una sociedad con olor a muerto.