Y llegó finalmente a salas porteñas la película más taquillera coreana de los últimos tiempos. Más de 10 millones de espectadores en poco tiempo y una presentación increíble en Cannes, han sido las cartas con las que Yeon Sang-Ho, se ha presentado en sociedad al mundo.
Hasta hace un tiempo, este cineasta era reconocido en su tierra por hacer películas de animación. Sin embargo, luego de haber pensado "Seoul Station", que hablaba del tema y también fue reconocida internacionalmente, Sang-Ho decidió que había llegado el momento de rodar con actores y abrir una nueva etapa en su carrera. Generó un hit tremendo en su país y por lejos, propuso la mejor película de zombies de los últimos cincos años en toda la industria.
¿Qué tiene de nuevo "Train to Busan" para haber producido tanto ruido y adicción en distintas partes del globo?
Para empezar, es una blockbuster con todas las de la ley. No hay espacio para la duda y el conflicto se presenta y estalla sin demora, acelerando el pulso de los espectadores. La velocidad de los zombies es tres veces la de los caminantes de The Walking Dead. Son mucho más peligrosos y se siente en cada escena.
En segundo lugar, tiene una historia y no se aparta de la misma. Deja de lado las sutilezas y describe como un padre lucha por cuidar a su hija y a sus semejantes a cualquier precio. Presenta un escenario humano, donde la lucha por la supervivencia está por encima de todo y muestra crudamente, como las mezquindades complican las estrategias grupales a la hora de enfrentar la tragedia.
La peli arranca con Seok-woo (Yoo Gong) y su hija abordando el KTX, un súper tren modernoso que los llevará de Seúl a Busan. Al parecer nada extraño sucede, aunque con el correr de los minutos, empezamos a ver como algo sucede con el personal de la estación y la epidemia zombie comienza a tomar forma amenazando la seguridad de los pasajeros.
Rápidamente la infección aumenta y quienes van en el tren tienen como meta sostener su destino, con la seguridad de que hay personal militar dispuesto a ayudarlos en Busán. Claro, hay más de 400 km de distancia y cada parada puede ser la última...
Además, dentro de los vagones, también hay infectados. Y en esa vuelta, hay un grupo dispuesto a sacrificar a otros humanos, para asegurar no correr riesgos. Seok-woo se verá en una situación complicada cuando decida no dejar a nadie atrás y tenga que luchar en cada vagón para seguir unido a su hija y los eventuales compañeros de tren.
"Train to busan" tiene todo lo que se le puede pedir a este tipo de cine. Hay secuencias potentes, giros dramáticos, heroísmo, lucha cuerpo a cuerpo y novedosas formas de confrontar con zombies. Pero muestra siempre el conflicto entre quienes tienen que decidir que camino tomar. Es lacerante y generosa en los escenarios y no deja a nadie sin su cuota de adrenalina.