TREN A BUSAN
Cine de zombies, cine catástrofe, sin apocalíptico. El caldo de cultivo para que el cine brille. Porque con estas películas el director que no sabe narrar, no puede inventar nada. El cine coreano ha dado sobrada cuenta en las últimas dos décadas de su capacidad de dominar los géneros e imprimirles esa calidad cinematográfica que en el pasado solo asociábamos con el mejor cine de Hollywood. El último estreno coreano fuerte dentro de esa línea era una obra maestra llamada The Host (2006) y aunque hubo otras obras maestras en el camino, recién ahora las salas de estreno tienen un éxito de taquilla extraordinario como Invasión zombie.
El protagonista es un mal padre, bastante ausente en la relación con su hija, que debe llevar a la pequeña de Seúl a Busan para que ella se encuentre con su madre. El viaje en tren parece ser algo sencillo pero desde el vamos sabemos que ese tren tal vez sea el último bastión de sobrevivientes que queda en todo el recorrido. Curiosamente o no tanto, el director de The Host, Bong Joon-ho, dirigió un film llamado Snowpiercer (2013), donde la acción transcurría dentro de un tren. Acá no todo ocurre dentro del tren, pero el conflicto principal sí. Los zombies están fuera pero también dentro del tren y un grupo de sobrevivientes (bien al estilo de cine catástrofe) buscarán la manera de mantenerse con vida frente al crecimiento exponencial de los muertos vivos.
El guión de la película es sencillo y directo, los protagonistas deben llegar de un punto a otro atravesando la peor de las calamidades que hayan conocido. La simpleza no le quita al film interés, al contrario, lo vuelve más directo y puro. No hay escena que no se explique desde lo visual. Todo se puede entender sin con las imágenes, todo es lenguaje cinematográfico tranparente y claro. Cada escena está resuelta de forma original y aunque el género abre la puerta de situaciones que ya conocemos, la forma en la que la película genera suspenso y mantiene el ritmo es puro mérito de este film y no de la tradición que lo precede.
Tal vez donde Corea sabe hacer la diferencia hoy en día es en la capacidad de que las películas sean muy divertidas, tengan una puesta en escena espectacular, pero también tengan peso dramático. Invasión zombie emociona, conmueve, los personajes nos importan y sus conflictos tienen peso. Qué su acción sea trepidante no la obliga a volverse superficial. Y las conexiones con muchos otros films de la historia del cine no hace la diferencia para valorarla más, simplemente ha sabido conectar con varios clásicos, nada más. Lo único criticable de la película es el título local que le han puesto, pero eso es irrelevante. El tren a Busan sale ahora en todos los cines y quienes todavía disfrutan de un buen relato, tienen la obligación de ver esta película.