Invictus

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Después de varios años de no poder participar en competencias deportivas, debido al régimen racista que gobernó Sudáfrica durante décadas, la selección de Rugby de ese país ganó el mundial de 1995 al vencer a los temibles All Blacks de Nueva Zelanda que eran los grandes candidatos.
Sin embargo, el triunfó deportivo generó un hecho más importante en ese país que tuvo que ver con la unión de un pueblo tras un largo período de violencia y segregación racial.
La última película de Clint Eastwood narra la historia detrás de aquella gran final, que es considerada uno de los eventos deportivos más relevantes de la década del ´90.
Invictus no es un film sobre rugby, sino sobre Nelson Mandela y la enorme revolución que causó en su país al convertirse en presidente de ese país, luego de pasar 30 años en prisión.
Poco cineastas retrataron a Mandela y su pensamiento con la precisión que lo hizo el viejo Clint en este film.
En ese sentido este estreno deja más de una lección profunda e inspiradora que más de un dirigente político argentino debería tener en cuenta.
La película se centra en la difícil tarea que tuvo Mandela para unir a un país marcado por el odio y el resentimiento que dejó el final del Apartheid y como su liderazgo jugó un rol fundamental en el triunfo de los Springboks
Si bien Eastwood hizo un gran trabajo desde la dirección el 50 por ciento de los méritos de este film le corresponden al guionista Anthony Peckham (Sherlock Holmes), quien es responsable de algunos diálogos fabulosos y Morgan Freeman con su soberbia interpretación de Mandela que es el alma de esta propuesta.
Aunque en la vida real Matt Damon parece un pigmeo al lado del verdadero ex capitán de los Springboks, Francois Peinaar, a quien interpreta en Invictus, su trabajo resultó bastante creíble para un tipo que jamás podría liderar un equipo de rugby.
Es claro que Eastwood lo convocó principalmente para que llevara adelante las escenas que no tenían que ver con la acción deportiva en lugar de terminar enloquecido en el rodaje por tratar de hacer actuar a un rugbier sin capacidad de expresión. Es una elección inteligente.
De hecho, Clint utilizó un par de truquitos de cámaras para mostrar a Damon más grande de lo que realmente es físicamente y que su rol de rugbier no quedara tan descolocado.
Hay que reconocerle al director que logró también ponerle onda a un deporte que en el cine nunca fue atractivo de ver. Las películas de rugby no abundan precisamente en el séptimo arte y pese a que uno ya sabe como va a terminar la historia, Eastwood logró hacer atractiva la gran final del mundial de 1995.
En definitiva, más allá de brindar una muy buena película, Invictus es un gran homenaje a uno de los grandes líderes políticos del siglo 20.
EL DATO LOCO:
-El jugador sudafricano, Joel Stransky, que conecta el gol del triunfo en la final del mundial fue interpretado por Scott Eastwood, el hijo del director.

-El entrenador de rugby que tuvo Matt Damon para prepararse en el rodaje fue Chester Williams, una de las estrellas de la selección sudafricana de 1995. Varias escenas del film hacen referencia a Williams.