LA SENCILLEZ DE LA CINEMATOGRAFÍA
Contar lo sucedido en el primer semestre de la presidencia de Nelson Mandela con tanta profundidad y delicadeza es simplemente una forma de dar reconocimiento a una de las figuras políticas más importantes de Sudáfrica y el mundo. No solo sacó adelante un país, sino que lo dotó de identidad y futuro y eso en este film se ve demostrado arduamente.
La historia se centra en los primeros meses de la llegada al poder de Mandela al gobierno sudafricano y como él decide centrar parte de su política en el deporte y en el tratar de ganar la copa mundial de Rugby que se jugaba en ese año en su país.
Los primeros minutos, narrados visual y auditivamente como si se tratase de un documental televisivo, se centran en introducir la figura de Mandela al espectador, mostrando escenas de su excarcelación y de cómo él fue nombrado presidente del país. Luego la cinta va explorando poco a poco los diferentes estados de esta figura, sus relaciones, ambiciones, deseos, dolores y prioridades, mezclando muy correctamente los hechos concretos de su política con la ardua crítica del periodismo.
Sin duda alguna lo que hace de este film una experiencia destacable es la labor de Clint Eastwood en la dirección, quien no solo captó el mensaje del protagonista y lo plasmó directamente en escena dándole una fuerza espectacular, sino que pudo crear con una sencillez abrumadora una historia que posee una introducción, un desarrollo y un final, sin recurrir a los flashbacks ni a las idas y vueltas en el tiempo. Toda la narración es muy lineal, simple y muy correcta, y esa decisión fue acertada.
El trabajo realizado por Morgan Freeman es excelente, una demostración de talento y predisposición fenomenal. Los momentos en los que su personaje logra explicar con el corazón sus intenciones son increíbles y gracias a la profundidad y al tiempo tomado al decir cada palabra, los mensajes de dichas conversaciones valen la pena volver a oírlas porque son un gran ejemplo de vida y esperanza. Matt Damon está correcto, Francois Pienaar no le dictaba de un trabajo actoral complicado, pero esta bien desarrollado.
Además de contar los momentos políticos de Sudáfrica, el film se da lugar en muchas oportunidades a jugar con el humor expresivo, que le da un toque diferente a la película.
Por el lado técnico vale la pena destacar la banda sonora, la cual logra mimetizar la emoción e importancia de cada momento. El trabajo direccional de Eastwood es excelente, el foco siempre está centrado en lo que se quiere decir y no en lo que hay en escena, se juega con los movimientos de cámara, las tomas aéreas y principalmente, en la final de la copa mundial, con el espíritu de ser sudafricano, a sentir esos momentos como un hincha más de la inmensa tribuna.
“Invictus” es un film que tarda en salir de su introducción, pero que se destaca por sus actuaciones, sus increíbles destellos artísticos y una dirección por parte de Clint Eastwood que da escalofríos en muchas oportunidades. Un reconocimiento a Mandela, una cinta para no perderse.
LO BUENO: actuaciones, guión, adaptación, dirección, parte técnica, historia, final
LO MALO: tarda en salir de su introducción
UNA ESCENA A DESTACAR: la charla entre Mandela y el capitán