La directora de La sal de este mar (2008) y When I Saw You (2012) ganó cuatro premios en el último Festival de Locarno con esta historia sobre una relación padre-hijo entre los palestinos de hoy. Shadi (Saleh Bakri) es un joven arquitecto radicado en Roma que regresa a Nazaret para ayudar en los preparativos de la boda de su hermana Amal (Maria Zriek). Junto con su papá Abu Shadi (Mohammad Bakri), un sexagenario maestro de la ciudad, viajan a bordo de un viejo Volvo repartiendo las invitaciones para la ceremonia en esta suerte de road-movie urbana.
En cada casa los reciben familiares, amigos o simples conocidos que “deben” (porque las apariencias importan) asistir a la fiesta. Las diferencias entre las miradas de ambos protagonistas (que también son padre e hijo en la vida real) constituyen el eje de este film que, a veces con mayor sagacidad y en otras apelando un poco al subrayado, expone las contradicciones generacionales, los disímiles puntos de vista de alguien que salió al mundo y otro que se ha mantenido en el lugar.
En definitiva, se trata de un interesante y valioso acercamiento (no exento de buen sentido del humor) a un rincón del mundo (Palestina) del que tanto se habla, pero no mucho se conoce.