Falsos documentales de terror. Los hay a montones y van a seguir apareciendo. Supongo que hay dos motivos por los cuales es una buena época para este subgénero: uno, que en general no se suele necesitar un presupuesto muy grande y dos, que con las tecnologías la idea de querer registrarlo todo no suena para nada inverosímil. Si hay personas que en lugar de vivir sus vacaciones, o por ejemplo un recital, lo hacen a través de la pantallita de un celular.
En este caso, la película comienza como “un documental sobre mi familia”, como dice Michael King. Pero a los pocos minutos de retratar una familia normal, promedio, un matrimonio con una pequeña hija, el registro se cambia. Descubrimos a un Michael enfadado, triste, solo.
Su mujer murió en un accidente y ahora quiere comprobar con su película que no existe un dios, por lo tanto no existe ningún demonio. Ateo y cínico, busca a diferentes personas que supuestamente ayudarían a conectarlo con una fuerza superior y a registrar cada una de esas experiencias. Todo, hasta que descubra que jugar con magia negra nunca es una buena idea.
“Dios, o el Diablo, si están ahí, pruébenlo, vengan a buscarme”, dice de manera amenazadora, sin creérselo, a la cámara.
Como podemos esperar, en algún momento van a suceder cosas que ya no va a saber cómo explicar, su personalidad se tornará más oscura, cerrada y hasta su propia hija estará en peligro cerca suyo.
Lo que empieza como una propuesta interesante, poco original pero al menos osada si se quiere, va derivando en un cambio de tono por uno más serio y la película se torna totalmente predecible. Sí es cierto que tiene un par de buenos sustos pero son más bien golpes de efecto, los más fáciles de generar.
Mientras la premisa recuerda y mucho a "El último exorcismo", ésta al menos desarrollaba sus ideologías de una manera menos correcta, menos obvia. Acá, el final decepciona además por subrayarnos lo que él protagonista termina “descubriendo” por fuerza mayor.
Si bien al inicio del film parecía que nos íbamos a encontrar con una película que iba a reírse de este tipo de films, no tarda mucho éste en transformarse en un producto no sólo poco original, sino bastante mal ejecutado, con efectos especiales que demuestran lo barato de ellos, y un guión que no sabe aprovechar ninguna de las que, al principio solamente, parecían buenas ideas. Eso, sumado a que ya de por sí es difícil llevar adelante una película found footage, la película que funciona como debut cinematográfico de David Jung (quien escribe y dirige) termina siendo prescindible y olvidable.