La saga de Robert
Viendo Iron Man 2 y a medida que pasan los minutos, este cronista se preguntaba cómo se lograra, en las películas por venir, sostener que Tony Stark, Nock Fury, Natasha Romanoff y los demás personajes sigan siendo quienes son. Es decir, toda esta película y todo su entorno se basan en historietas, ergo, todo se interconecta y quien es principal en una puede ser un peronaje secundario en "Thor", "Hulk", etcétera.
Y quizás eso se deba a que Robert Downey JR. ES Tony Stark, todo lo bueno del film tiene que ver con que él esta en el centro de todo. Su composición es lo más parecido a lo que pensamos que es él, su desparpajo, sus contradicciones y más. Cómo evitar pensar que la escena de la fiesta de cumpleaños no es más que una recreación sin armadura de algún festejo de la estrella hollywoodense.
En fin, que la segunda parte de Iron Man esta hecha para disfrutar. Un guión de manual que incluye un villano muy malo que tiene conexión con el héroe (Whiplash) interpretado por Mickey Rourke. que parece una caricatura de si mismo hace un rato largo, y otro pusilánime interpretado por Sam Rockwell que ni siquiera da miedo o produce peligro, razón por la cual su presencia es un tanto superflua.
Además de ellos, Samuel Jackson, Scarlett Johanssen, y Gwyneth Paltrow se suman para conseguir un verosímil cercano a la realidad que los amantes del comic amarán, que quienes prefieren que la película haga todo por ellos disfrutaran, y el publico exigente descubrirá que esta bien pero no tanto, que el non stop de acción más efectos especiales, sumados a algunos rasgos humanos de contradicciones y angustias redondean simplemente algo entretenido digno de ver y que no decae. Entre tanto bofe superproducido no es poco.
La pregunta es qué sucederá en el futuro, cuánto podrá Downey JR. soportar ser Tony Stark y si hay vida después de este actor para el personaje, lo cual también es mucho decir, porque se sabe, habitualmente sucede al revés.