Es increíble que en tres películas "Iron Man" no haya tenido un villano memorable y épico como se merecía. Las cartas estaban echadas para que en esta tercera parte el Mandarín demostrase justamente eso, ser la adaptación cinematográfica del gran antagonista del hombre de hierro, la sombra destructiva que en los comics representa. Lamentablemente, son muy cuestionables las decisiones tomadas que rodean a este personaje, y son excesivos los toques de humor que la narración presenta, pese a que es una propuesta innegablemente entretenida y con efectos especiales sorprendentes.