La madurez de los héroes
Empatía. Esa es la clave de “Iron Man 3”, la mejor película de la saga sobre el cómic de Marvel. Todo lo que estaba claro en las tres partes anteriores, ahora se profundiza gracias al nuevo perfil del héroe que se muestra muchas veces inseguro y hasta con ataques de pánico que en ocasiones logran calmar los consejos de un chico de 8 años.
Ese es uno de los puntos a favor de Tony Stark que sigue tan arrogante como siempre, pero ahora un poco más vulnerable (¿y con más años?). Esos detalles del guión suman calidez y acercan al héroe al espectador que puede reconocer virtudes y defectos propios (excluyendo sus superpoderes, obviamente). Y todo, con humor, tanto gags como algunas réplicas con humor e ironía, uno de los rasgos más acentuados. Así ocurre por ejemplo cuando intentan insultar a Stark y le dicen que lo suyo son sólo trucos baratos y frases hechas y él responde que eso sería una buena biografía suya.
Los responsables de que todo funcione durante más de dos horas sin fisuras es el dúo Robert Downey Jr. y el director Shane Black, un experimentado guionista de taquillazos como la saga completa de “Arma mortal”. “Iron man” no podía ser una película más en la larga lista de este recurso de Hollywood de revivir a los clásicos de la historieta. Y sorprendentemente Black lo logra sin resignar las señas particulares del género.