Isabella

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Matías Piñeiro es una leyenda entre los críticos de cine. A pesar de tener una filmografía prácticamente desconocida en salas comerciales, ha sido valorado por los especialistas como pocos directores de cine de los últimos años. El romance entre sus películas y estos críticos sigue intacto, siendo Isabella tan festejada y elogiada como sus títulos anteriores. No me toca a mí ser parte de esa alegría comunitaria, al menos no con este nuevo film del director.

El título alude a un personaje de la comedia Medida por medida en un nuevo trabajo de intertextualidad con la obra de William Shakespeare. Ejercicio aplicado en un formato minimalista que le copia algunos recursos a Bresson, otros a Rohmer, y nunca llega a ser ni Bresson, ni Rohmer, ni Shakespeare. Se notan las ideas en un cine que puede ser interesante en la teoría pero definitivamente no lo es en la práctica. Un film que funciona exclusivamente bajo el amparo complaciente de ciertos ámbitos pero que no está a la altura de los planteos. Su director parece estar haciendo una tesis sobre William Shakespeare, construida para el mundo académico, no para la pantalla de cine.

El material parece interesante, pero su aplicación no. A pesar de parecer una versión moderna y libre, se escapa de la tradición para quedar atrapado en otra cárcel que limita a la película y la vuelve un objeto de estudio, no de disfrute. El personaje protagónico, Mariel, es interesante y todo el tiempo parece que la película encontrará el rumbo, pero no lo hace. Esta actriz en busca de un rol, entre el éxito y el fracaso, es una heroína interesante que, como la película, no termina de cerrar. El intencional distanciamiento del director produce un abismo entre la película y el espectador. Un film cuyo consumo no puede salir, ni por accidente, del mundo cerrado al que pertenece.