[REVIEW] IT: Capítulo 2.
Luego de una impactante primera parte en 2017, Andy Muschietti vuelve para terminar lo que comenzó en Derry: el enfrentamiento final de Los Perdedores contra Pennywise (Bill Skarsgard) , 27 años después.
IT: Capítulo 2 (2019) comienza con la escena que más esperábamos los que leímos la novela original, esta es, la muerte de Adrian Mellon (Xavier Dolan).
El final de Mellon se relata al comienzo de la obra de Stephen King, poniéndonos en contexto que en Derry hay una fuerza maligna que impregna todo, en forma de payaso.
Pero también nos da a entender que la homofobia es parte de toda la población e inherente, no solo por la atracción que pueda crear Pennywise. ESO es solo un medio, un síntoma de la maldad de cada persona que vive en Derry.
En el film, vemos como Mike (Isaiah Mustafa), el único que se quedó y creció en Derry, llama por teléfono Bill (James McCavoy), Bev (Jessica Chastain), Stan (Andy Bean), Ritchie (Bill Hader) y Ben (Jay Ryan), ergo, «El Club de los Perdedores».
Luego de reunirse y hablar de lo que les deparó la vida, ante la ausencia de Stan, comienzan a recordar poco a poco que les había sucedido ese verano, hace 27 años.
La influencia de Pennywise desapareció y ellos olvidaron. Pero ESO no olvida.
Así, en un vaivén entre pasado y presente, Los Perdedores se enfrentarán una vez más al enemigo más poderoso que pudieran imaginar: UNA SECUELA POR DEBAJO DE LA MEDIA.
Así es, IT: Capítulo2 está muy por debajo de su predecesora y voy a justificar brevemente las razones:
En cuanto al cast, puede ser en su mayoría muy reconocido, pero no sabría decir si por el tiempo que pasó entre los dos films o porque, más allá del parecido físico, no se logra conectar con los personajes adultos. No se sienten como si fuesen esos mismos chicos que vimos hace dos años atrás.
Lamentablemente de quienes más esperábamos, fueron los que menos hicieron. Hablo, por supuesto, de James McCavoy y Jessica Chastain. Parecen que están en piloto automático. De ahí que se reconozca que Bill Hader es el mejor de toda la película. Claro, es el único que le pone matices a su interpretación.
Con respecto a la historia, el montaje es uno de sus grandes fallos; a veces caótico, a veces somnoliento. Esto, unido a varios jumpscares repetitivos, nos hace pensar que a Muschietti le metieron mano en la edición final.
No hay clima in crescendo como en la primera parte (una joya del terror actual), solo golpes de efecto.
Además, en relación a la historia per sé, se pierden las historias de trasfondo de los personajes (la esposa de Bill, el abusivo esposo de Bev, etc.), y estas historias son las que enriquecen al relato y a sus personajes, ya que desconectamos con ellos por un tiempo bien largo. Así no podemos empatizar con lo que les sucede.
«Silver», la mítica bicicleta de Bill, ya no es tan mítica ni aparece tanto. El CGI es mucho más notorio que en la primera parte (imperdonable lo que hacen con «El Leproso» de Javier Botet).
Además de todo lo enumerado y las licencias que los Muschietti se tomaron, esta segunda y última entrega deja sabor a poco.
Viéndola de esta manera, la mini-serie de 1990 no estaba tan mal. Es más, el cine de esa época creaba un horror inimaginable con lo que se debe: una excelente puesta en escena, iluminación y planos pensados para generar tensión.
Es cierto que se habla de un corte final de casi 7 horas, pero si no se puede dar un examen final para aprobar, acá el recuperatorio no sirve.
Sin embargo, IT: Capítulo 2 cumple con lo que el fan pide: varios saltos de la butaca, un final decente, altas dosis de humor y nostalgia y, sobre todo, un buen entretenimiento para pasar el rato.