Al final de la película anterior, los preadolescentes que lograban detener las fechorías de un payaso sobrenatural habían jurado, de manera solemne, volver a reunirse en el caso que pudiera reaparecer. Como dicho film se convirtió en el mayor éxito de taquilla basado en una novela de Stephen King, al director Andy Muschietti se le permitió retomar y potenciar al máximo el concepto original de su adaptación, que separaba en dos capítulos las experiencias de los personajes, ahora adultos, que en el libro original se mezclaban a través de flashbacks.
En este segundo capitulo de “It”, los protagonistas crecieron y volvieron a combatir al payaso a pesar de que, salvo el único amigo que se quedó a vivir en el pueblo, ninguno de los otros tiene demasiada idea de las implicaciones de su juramento. Durante más de una hora y media Muschietti logra una de las películas mas terroríficas sobre Stephen King, y en ese sentido no sólo supera al excelente film anterior sino que, por momentos, asusta a la altura de los mejores films clásicos basados en dicho autor. Pero hay un problema: las casi tres horas de metraje casi parecen diseñadas para postergar lo más posible el desenlace de la historia, que es lo menos inspirado de la novela de King. Tal vez por eso al principio el guión enfatiza el trauma de uno de los protagonistas, un escritor que nunca logra darle un buen final a sus libros.
Considerando que hay que tener en mente el film anterior, durante las casi tres horas de esta continuación el desenlace se vuelve bastante obvio. Es una pena que no hayan alterado el final del libro con alguna idea radical. Pero el conjunto se equilibra bien gracias a sus puntos fuertes: terror al por mayor, actuaciones excelentes (como la del comediante Bill Hader) y efectos visuales imaginativos para explicar los orígenes de “It”.