Finalmente llega la épica conclusión de las aventuras del Club de los Perdedores en su enfrentamiento contra el temible Pennywise. “It: Chapter Two” comprende la secuela del prestigioso film de 2017, otra vez dirigido por el argentino Andy Muschietti (“Mamá”) y producido por su hermana Bárbara. Tras el rotundo éxito que significó la primera entrega de esta nueva versión del clásico de Stephen King, se esperaba que esta secuela redoble la apuesta y el triunfo cosechado. Si bien es temprano para decir cómo le irá en taquilla (aunque todo indicaría que más que bien), el film comprende una estupenda conclusión a lo visto en la primera parte con varios momentos memorables y una gran dirección por parte de Muschietti.
La película nos relata los acontecimientos posteriores a la derrota de Pennywise en la década de los ’80, adelantándose 27 años hasta el presente donde los protagonistas ya son adultos y dejaron atrás aquellos terribles recuerdos. Mike Hanlon (Isaiah Mustafa) fue el único miembro de la pandilla en quedarse en Derry, y al ser único testigo de nuevas desapariciones y mensajes sombríos con el sello del famoso payaso aterrador, decide llamar a sus amigos de la infancia para recordarles la vieja promesa de volver a su ciudad natal si es que Pennywise no había muerto como pensaban. Es así que decide convocar a Beverly Marsh (Jessica Chastain), Bill Denbrough (James McAvoy), Richie Tozier (Bill Hader), Stanley Uris (Andy Bea), Eddie Kaspbrak (James Ransone) y Ben Hanscom (Jay Ryan) para que lo ayuden a liberar al poblado de aquella horrible alimaña de una vez por todas.
Si bien esta cinta decide mostrarnos el punto de vista del grupo desde su mirada adulta, el relato va construyendo su lógica a partir de los nuevos acontecimientos y algunos flashbacks de los chicos que no fueron incluidos en la película anterior. Lo interesante y lo atractivo de la propuesta radica en que tanto desde la dirección como desde el guion estas secuencias del pasado están motivadas y se las nota perfectamente concatenadas con la narración del presente, algo que no pasaba en la vieja miniserie de los ’90 y que representaba uno de los puntos bajos de aquella adaptación. El guion escrito por Gary Dauberman, el mismo de la trilogía “Annabelle” y de “The Nun”, se mantiene fiel al espíritu del libro y aunque presenta algunos cambios con respecto a la historia original, la esencia se mantiene y de hecho funciona muy bien a nivel de narrativa audiovisual.
Otra cosa que llama la atención es el impresionante elenco que volvió a reunir Muschietti para la ocasión y cómo todos lograron replicar la estupenda química que tenían sus personajes cuando eran niños y sus gestos, sus formas de hablar y básicamente esa idea de mantener el rol que tenían originalmente en la infancia. Obviamente se presentan algunas diferencias como el mayor protagonismo de Mike, cosa que se conserva del libro y que le aporta bastante al relato. Chastain, Hader y Ransone se destacan sobre los demás y McAvoy cumple pero se lo nota algo más contenido que de costumbre. Demás está decir que es impecable la interpretación de Bill Skarsgård que vuelve a repetir como el formidable adversario a vencer. Realmente es espeluznante su composición y su manejo de los tiempos para acentuar ciertos gestos y palabras.
Por el lado de los aspectos técnicos, podemos destacar nuevamente a la banda sonora de Benjamin Wallfisch (“Blade Runner 2049”), que vuelve a cumplir para crear esa atmósfera opresiva plagada de cuerdas y artilugios para crear tensión, la fotografía de Checco Varese (“El Aura”) que también aporta su cuota de frialdad y complejidad para provocar pavor (en uno de los instantes más logrados de la cinta viran, por medio de la corrección de color, los colores de lo cálido y ámbar a lo frío y más azulado), la edición que mantiene el ritmo durante los 165 minutos de metraje y con varios momentos destacados en lo que respecta a la acción, el diseño de producción que se lo ve más elaborado como consecuencia del aumento de presupuesto de la primera parte a esta pero manteniendo la esencia de hacer hincapié en los lugares/sets donde ataca y habita Pennywise y por último el CGI que está bien empleado y yuxtapuesto con los efectos prácticos.
Asimismo cabe subrayar la impronta que le imprime Muschietti al relato de King, constantemente el director toma ciertos riesgos para hacer más personal la experiencia cinematográfica. A modo de ejemplo, podemos citar las ya habituales criaturas que nos recuerdan a las pinturas de Modigliani pero también el director incurre en una constante innovación, algo que podemos apreciar en la escena del ritual de Chüd que apela a un terror lisérgico y psicodélico mediante una lograda animación. Por otro lado, ciertos aspectos que uno podía llegar a pensar como ridículos pasados del papel a la pantalla grande, terminan siendo fundamentales y verosímiles a partir del enfoque que le dio el realizador. La parte del restaurante chino que parecía un momento digno de ser omitido resulta ser audiovisualmente magnífica e hilarante, lo mismo que la cuestión de la araña que ya había sido uno de los puntos débiles de la miniserie de los ’90.
Si bien antes mencionaba que la cinta nos mantiene al filo de la butaca durante toda su duración, sí puede ser que en esta oportunidad se sienta más larga por cierta tendencia a la repetición de algunos mecanismos como el de mostrar a cada personaje yendo a enfrentar individualmente al payaso. Igualmente esto no empaña lo logrado por los hermanos Muschietti que sorprendentemente consiguen hacernos reír y temblar dentro de una misma escena. Viendo ambas películas en comparación, puede ser que la primera se ubique un escalón por encima de esta segunda parte, y es que resulta mucho más atractivo ver cómo los niños enfrentan al payaso haciendo uso de su limitada experiencia pero enarbolando ese espíritu de camaradería por sobre todas las cosas, algo que es inherente a las características y el punto de vista de la primera. No obstante, esta segunda aventura resulta igualmente disfrutable y sumamente entretenida.
“It: Capitulo 2” nos brinda momentos terroríficos, una dirección inspirada de Andy Muschietti que se va consolidando dentro del género del terror y un elenco sólido y preparado para la ciclópea tarea de redoblar la apuesta. Quizás cierta reiteración le juegue en contra en ciertos pasajes pero nada de eso logra empañar el fenómeno de esta nueva adaptación de la novela de King. Demás está decir que tanto esta parte como su antecesora están muy por encima de la miniserie de los ’90. Prepárense para asustarse, reírse y emocionarse con esta obra que representa un gran exponente del cine de terror.
Bonus Track: Presten atención que hay varios cameos y easter eggs para disfrutar.