La primera mitad de esta franquicia fue una verdadera revelación. Una obra maestra del
terror que sorprendió a todos.
Además, para los espectadores argentinos cinéfilos tenía un plus: su director y
productora son argentinos, lo que dio una cierta cuota de orgullo.
Y no fue para menos, dado a que el film se convirtió en el más taquillero del género,
sobrepasando incluso a El Exorcista (1973).
Otro dato para destacar es que supo trascender al terror. Gente que ni de casualidad se
sentaba a ver una película así, lo hizo.
Eso se debió a sus personajes, la estructura coming of age y el balance perfecto con el
humor.
Ver It fue una verdadera experiencia y muy satisfactoria, motivo por el cual la vara
había quedado muy alta.
Y ese es principal problema de esta primera parte, porque si bien es muy buena, no
logra alcanzar a su predecesora.
Esto es debido a tener como protagonistas a adultos en lugar de niños, hay muchas
cosas que se pierden y las situaciones que se repiten no pueden ser digeridas de la
misma manera por el espectador.
Ahora bien, lo que hay que destacar es que tiene un ritmo increíble. Dura 2.45hs y el
frenesí no para. De principio a fin te mantiene intrigado y con tensión, aunque conozcas
la historia por haber leído la novela.
Hablando de eso, en estructura es más fiel al libro que la anterior porque aquí se respeta
los constantes saltos en el tiempo mediante a flashbacks, lo que la hace interesante pero
eso es también lo que genera el segundo problema de la cinta: los personajes.
Si bien todos son geniales y están perfectamente casteados, el amor e identificación por
el elenco joven fue (es) demasiado grande y cuesta hacer el traspaso como espectador.
Aún así, tanto James McAvoy como Jessica Chastain están muy bien en sus papeles y
son un gran espejo de Jaeden Martell y Sophia Lillils, respectivamente. Lo mismo con
Bill Hader y el resto de los adultos.
Bill Skarsgård vuelve a brillar como Pennywise pero con la lógica pérdida del factor
sorpresa.
Andy Muschietti crea grandes climas y atmósferas y maneja un presupuesto aún mayor,
multiplicando el horror con escenas más cruentas, pero sin llegar al gore.
En cuanta a la historia, no se puede hablar mucho sin spoilear pero debo decir que -por
suerte- el final está mucho mejor resuelto que el telefilm de los 90s.
Lo loco de esta saga es, justamente, que no es una saga. Y eso en tiempos de secuelas,
precuelas y franquicias es mucho decir.
Lo cual no implica que en un futuro Warner no decida hacer un spinoff o algo así, pero
ojalá que no ocurra.
It Capítulo 2 es una gran secuela que forma parte de un todo. Una obra de terror que ya
es un ícono y que pasó a la historia.