Andy Muschietti regresa a Derry para el desenlace de su visión de IT. Con un guion que alterna buenas y malas, los mejores aspectos del film salen a relucir cuando la trama explora el terror, el lugar que mejor le sienta al director argentino.
Luego de que Andy Muschietti lograra convertir su versión de IT: Capítulo Uno (2017) en la película de terror más taquillera de todos los tiempos en Estados Unidos, durante estos dos años se ha ido generando una burbuja de HYPE gigante con respecto a la conclusión definitiva de la historia creada por Stephen King. Algunos de los grandes motivos por los cuales los fanáticos están eufóricos de cara al estreno, es que el propio director tiene el visto bueno de King y teniendo en cuenta que el escritor no suele apoyar a quienes adaptan sus novelas al cine, ese es un buen indicador de lo que se puede esperar de la película. Además el director argentino, confeso amante de la novela, tiene una forma de concretar su visión del libro combinando aspectos del cine de terror más surrealistas que terminan generando un producto satisfactorio tanto para los fanáticos del libro como también a los consumidores más recurrentes cine de terror.
Dentro de los muchos aspectos positivos que tuvo la primera parte de esta revisionada historia, el más notorio y significativo fue la unión que mostró el elenco y su buena química frente y detrás de las cámaras, pero ahora esos niños ya no serán quienes sean los protagonistas per se y es por eso que la búsqueda de actores maduros para la conformación de un elenco que debía ser más “serio” pero al mismo tiempo mantener la esencia de los niños, sería el punta pie por donde el director debía comenzar a planificar su secuela. Para ponerle el cuerpo a personajes tan conocidos, actores de la talla de James McAvoy, Jessica Chastain y Bill Hader, entre otros, deberán enfrentarse al temible Bill Skarsgård y su Pennywise de una vez y para siempre.
Luego de los acontecimientos vistos en la peli del 2017, el grupo de “Perdedores” se ha dispersado y poco a poco han ido olvidando de aquel verano en el que se enfrentaron a sus miedos y a Eso. Pero 27 años después, extraños sucesos volverán a ocurrir en Derry y todo indica que el payaso más malo de todos está detrás. Siendo Mike (Isaiah Mustafa) el único del grupo que se quedó en el pueblo, de él dependerá hacer que todos los Perdedores regresen para honrar su pacto de sangre y prevenir nuevos incidentes en su hogar. De ésta manera Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Ben (Jay Ryan), Richie (Bill Hader), Eddie (James Ransone) y Stanley (Andy Bean), deberán reunirse para volver a enfrentar sus miedos y para intentar terminar de una vez y para siempre con el tormento de Pennywise.
Andy Muschietti demuestra una vez más por qué es uno de los realizadores más solicitados de los últimos tiempos. El director vuelve a explotar lo que más le gusta del género y en ésta oportunidad lo desarrolla muchos más momentos y con un nivel más elevado que el visto en la primera película. Si bien la estructura que propone el guion, nuevamente desarrollado por Gary Dauberman, es básicamente igual que en el film previo, en ésta oportunidad todos aquellos condimentos que supieron hacer brillar a la película anterior ahora también están y redoblan la apuesta para llevar cada escena a una calidad superlativa. La mezcla de sonido, la fotografía y los movimientos de cámara son otros de los grandes aciertos en cuanto a la dirección y ahí es donde la habilidad de Muschietti brilla para conformar un relato que fluye, pese a la duración de la película. Pero de la misma manera, lo negativo también se hace presente y por momentos hace bajar demasiado el nivel de la película. El desarrollo de algunos personajes y sus trasfondos están sobre explotados y en otros muy poco explorados, no hay una línea media en cuanto a la repartición de tiempo y desglose de situaciones y da la sensación de que todo el guion está enfocado en 4 personajes y los demás acompañan. En continuado con esto, la química entre los protagonistas no parece sincera y siendo ese el aspecto que más supo convencer al público en IT: Capítulo Uno, aquí parece forzado el intento por asemejarlo.
Las actuaciones son variadas. Por un lado están Bill Hader, James Ransone y Bill Skarsgård que se roban cada escena en la que participan y demuestran por qué fueron convocados para semejante participación. De la vereda de enfrente están James McAvoy y Jessica Chastain como los mayores referentes de la completa inexpresión, salvo por un momento clave para cada uno. Después, las situaciones ya mencionadas vuelven a repetirse. Sobreexplotan la participación de estos personajes para más de lo que dan y otros que deberían tener más preponderancia quedan en el olvido. Algo que comparten todos entre sí para con el cast anterior es que increíblemente todos comparten similitudes físicas, en mayor o menor medida dependiendo el caso, y eso logra que el paso del tiempo parezca mucho más creíble en comparación por ejemplo con la película/mini serie de 1990.
IT: Capítulo Dos es una justa continuación y desenlace de la terrorífica historia de Stephen King, ahora en manos de Andy Muschietti. A pesar de tener sus desniveles en cuanto al desarrollo de personajes y una extensión demasiado larga para lo que se quiere contar, la explotación del terror está mucho mejor y los sustos están garantizados.