Nueva adaptación de la popular novela de Stephen King, "It" (Eso), dirigida por el argentino Andy Muschietti, es un viaje a lo mejor del terror más puro y clásico, el que anida dentro nuestro. Stephen King es probablemente uno de los autores actuales cuyas obras más veces han sido llevadas a la pantalla, ya sea en formato de series, mini series, o películas.
Gran parte del terror de los últimos años de los ’80 y la primera mitad de los ’90 provienen de adaptaciones de su pluma, convirtiéndose en una marca registrada. Entre esas adaptaciones, una de las más populares quizás sea la de la miniserie IT que en 1990 dirigió Tommy Lee Wallace. Odiada por los fanáticos de la novela, y adorada por toda una generación que creció aterrorizada por ese Pennywise personificado por el inigualable Tim Curry.
Es por eso, que la tarea del director de la celebrada Mamá, Andy Muschietti, era un desafío doble. No solo debía adaptar una de las novelas más populares del prolífico autor de Cementerio de animales, debía lidiar contra un recuerdo imborrable de lo que claramente es un clásico del horror noventoso.
Ante esta prueba, Muschietti y el guionista Gary Dauberman (rescribiendo un original de Cary Fukunaga y Chase Plamer), superaron cualquier expectativa. "It" (Eso) 2017 es una propuesta ágil, vibrante, con mucho horror, y también diversión, pero principalmente, es una producción en serio.
Algo que normalmente sucede con el género de terror es que se lo asume con un algo menor, pasatista, y que no suele necesitar del mismo cuidado que otros géneros. Sin embargo, películas como El Conjuro, Mamá, e It (Eso), entre otro pequeño puñado reciente, demuestran que pueden ser asumidas con el mismo rigor que cualquier otra producción, y no es necesariamente una cuestión de presupuesto.
Los resultados mejorados están a la vista. Las historias de King suelen equilibrar correctamente el drama con el horror, su estilo suele estar asociado a horrores que más allá de lo sobrenatural, expresan algo real. Ese espíritu se encuentra a la perfección en este nuevo film.
Algo sucede en Derry, Maine. Sucesos extraños, tragedias que van desde incendios hasta asesinatos, como si algo perverso vibrase sobre ese suelo.
Es 1988, y el número de desapariciones en adultos triplica al de cualquier otro pueblo, y en la población menor es mucho peor. Los niños desaparecen y nadie encuentra mayor explicación que un infortunio.
Como si los menores estuviesen a su propia voluntad, el comportamiento de los adultos dista de ser ejemplar. Entre estos chicos encontramos a un grupo de amigos, Bill Denbrough (Jaeden Lieberher), Richie Tozier (Finn Wolfhard), Eddie Kaspbark (Jack Dylan Grazer), y Stan Uris (Wyatt Oleff); a los que luego se sumaran Ben Hanscom (Jeremy Ray Taylor), Beverly Marsh (Sophia Lillis), y Mike Hanlon (Chosen Jacobs).
La banda de los siete perdedores que deberán enfrentarse al horror que subyace en Derry. Ese mal se personifica en un payaso, Pennywise “El gran bailarín” (Bill Skarsgård), un ser inexplicable, un Eso, que hurgará entre los temores más profundos de sus víctimas para atraerlos y “hacerlos flotar”. Muschietti y Dauberman aciertan en llevar esos temores internos a algo real, no son pura fantasía, está en los dramas que puede transitar cualquier infante traumado.
Esta personificación tan interna de lo perverso es lo que carga al film de un dramatismo palpable. "It" (Eso) rescata el aura de las películas propias de los años ochenta, con esa banda de amigos que deben mantenerse unidos para enfrentar al adversario superior desde la individualidad. "Los Goonies", "Los exploradores", y por supuesto, "Cuenta Conmigo" (otra adaptación de un texto de King), están ahí presente, en cada viaje en bicicleta, en cada entrada a las alcantarillas, en cada recreo en el lago.
La historia atemoriza cuando debe hacerlo, refuerza las tuercas necesarias, sin abusar de los golpes de efecto (quizás sí, haya algún efecto digital de más, producto inevitable de esta era) y creando por lo tanto, una sensación de miedo real. El miedo se asocia a una angustia, y ese es el clima que se maneja desde la historia y desde las imágenes.
Los chicos están solos y deben enfrentarse a lo sobrenatural, pero también a lo humano, a la actitud de sus adultos, y de los jóvenes un poco más grande que ellos. Cada uno de ellos atraviesa un drama diferente, esencial para la cohesión de la historia. El Pennywise de Bill Skarsgård se aleja de la imagen creada por Curry.
Sabiendo que aquel sería insuperable, no intenta imitarlo o equipararlo, transita otro camino, más propio del terror actual, con altas dosis de momentos espeluznantes. El grupo de amigos cada uno maneja características diferentes, y trasciende esa idea de “la unión hace la fuerza”, son amigos que pelean por una causa común.
En el individual, Sophia Lillis y Jeremy Ray Taylor serán quienes consigan mejores momentos, sin desmerecer al resto. Muschietti se muestra sólido y a la altura de una propuesta de alto vuelo como esta. La asume con seriedad, con la convicción de estar haciendo algo que puede llegar a quedar en el recuerdo.
Desde las elecciones en la banda sonora, la suavidad del montaje (que repetimos, no acude al martillazo del golpe de efecto), y una fotografía que oscila inteligentemente entre la oscuridad y lo soleado; todo hace ver que se trata de un director muy atento al detalle y seguro de lo que quiere encarar, un autor.
"It" (Eso) es un film de terror que no pasa desapercibido, que no busca el camino fácil de provocar un gran grito y dormirse en los laureles, crea una atmósfera permanente, un ritmo cauteloso que no decae en sus ágiles dos horas y cuarto, y compenetra al espectador con las emociones de pavor de sus protagonistas. Eso se alimenta de nuestros miedos, y no es tarea sencilla encararlo sin sentir el frío corriendo por nuestra espalda.