Como toda adaptación de un éxito literario o remake de un film consagrado, lo más recomendable antes de ingresar a una sala, es olvidar todo material precedente. Incluso, neutralizar los recientes elogios del propio Stephen King, autor de la novela que da origen a la película que aquí nos convoca.
Para quienes vimos en VHS la versión de It de 1990, que condensaba en poco más de 3 horas una miniserie destinada originalmente a la televisión, quedan algunos destellos de aquel payaso que marcó la adolescencia de una generación, interpretado por el genial Tim Curry (astro de otro hito de culto: The Rocky Horror Picture Show). En ese entonces, había que ajustarle el tracking a la cinta por la cantidad de veces que había sido alquilada, antes de darle PLAY en nuestro reproductor de video hogareño.
Ingresando de lleno en el renovado abordaje de It, en rigor el primero realizado exclusivamente para cine, nos encontramos con un relato ambientado a fines de los '80, en lugar de los años '50 de la novela de King. Es decir, el realizador argentino Andy Muschietti vuelve al tiempo en que el mencionado VHS fue furor en los videoclubs de barrio, y a su vez aquella era en la que el director habrá gastado los cabezales de su videocasetera con películas como Los Goonies, E.T.; y claramente, Cuenta conmigo (entrañable film de Rob Reiner, también basado en una novela de King, con el que este éxito de taquilla mundial guarda más de un punto de contacto).
La opción de ubicar la historia a fines de los '80, tiene entonces para Mushietti una fuerte carga de homenaje a la vibra del cine de aquellos años, pero esa elección también ayuda a potenciar la garra emocional del relato. Un preadolescente de hoy, de cara a los fenómenos que los protagonistas ven (o creen ver), tendería a grabar todo con su celular, y compartirlo automáticamente en el grupo de WhatsApp de sus amigos. En cambio, este puñado de queribles y pueblerinos "loosers" de 1989, transitan la experiencia palma a palma, tratando de escapar de las filosas fauces del temible payaso Pennywise (notable interpretación del actor sueco Bill Skarsgård ), quien se alimenta de los cuerpos y miedos de cuanto niño caiga en sus garras.
Muchos han encontrado vínculos entre este ejercicio de nostalgia cinéfila con el de Stranger Things, pero aquí la atmósfera es mucho más revulsiva y tiene un contundente anclaje con el presente. De hecho, lo más fascinante de It, versión 2017, es que logra conectar la sensibilidad del cine de los '80 con la violencia más visceral que se haya visto en el cine de Hollywood del nuevo milenio. La película de Muschietti no se agota en el guiño ochentoso, ni en el abuso de alusiones. Puede sonar brevemente algún hit de New Kids on the Block, pero en la banda sonora también navegan canciones de bandas de culto como XTC, The Cure y The Cult.
Desde la introducción, el cineasta argentino juega cartas fuertes y se despacha con un aperitivo ultra sangriento. Sin embargo, las escenas más poderosas de It, no siempre están vinculadas con la aparición del excéntrico y temible bufón. Los adolescentes que practican un brutal y sistemático bullying a los adorables teens que emprenden la búsqueda de la guarida de Pennywise, conectan con aquel cine ochentoso en el sentido de que son más grandulones que los pequeños perdedores; pero sus golpes tienen la más cruda ferocidad del presente. De hecho, el contexto de todos los protagonistas conecta desde el lugar más desesperado con los flagelos cada vez más frecuentes: una adolescente que es víctima del acoso sexual de su padre, un chico que vive empastillado por su propia madre, o el ejercicio más descarnado de la violencia de un integrante de la pandilla de villanos, como reflejo del autoritarismo de su padre policía; sólo por citar algunos casos.
Andy Muschietti, quien tiene por el momento una filmografía breve, pero que incluye al contundente cortometraje Mamá, luego transformado en exitoso largo que amasó una buena taquilla; da en en la tecla con algo fundamental para todo film de horror: conjuga con maestría timing y desarrollo de personajes. Quitando honrosas excepciones, el cine de terror actual tiende más al festín efectista, que al ingreso en profundidad en los conflictos de sus criaturas. El director elude también la solemnidad de los traumas que aquejan a los protagonistas, a motor de buen pulso como cineasta y de una desbordante pasión cinéfila. Si bien la penúltima secuencia puede estar pasada de vueltas en cuanto a pirotecnia de artificio, el film jamás pierde garra y sensibilidad.
Visualmente, hay un par de escenas que quedarán en la antología del cine cosecha 2017. Una es la del lavatorio que expulsa sangre a borbotones, en una suerte de demencial momento de película de Dario Argento. Ese catártico pasaje, tan estético como espeluznante, se ubica entre los escasos picos de éxtasis conquistados por el cine de horror de los últimos años. Otro instante aterrador se da cuando los púberes ven una secuencia de diapositivas, en una síntesis de perfecto ensamble formal entre lo artesanal y la truca digital ultra moderna.
Más allá de su atmósfera perturbadora y de la contundente historia que cuenta, lo que hace de It una gran película, es la glorificación del genuino vínculo de la amistad. Ese refugio que no conoce barreras ni intereses, ese abrazo incondicional que se eleva más allá de cualquier disidencia. Pero It también es una película de resistencia. En un presente tan dinamitado por el egoísmo y la virtualidad, un grupo de adolescentes se une para dar batalla colectiva a sus infiernos personales.
Muschietti deja la expectativa muy encendida para el capítulo 2, que ya está anunciado y retomará a los mismos personajes transformados en adultos. El realizador argentino se enfrenta al reto de levantar la vara que él mismo ha puesto bien por lo alto. Ahí estaremos, abrazados a la promesa de un cine de terror que siga tan vivo como inquietante.
It / Estados Unidos / 2017 / 135 minutos / Apta para mayores de 16 años / Dirección: Andy Muschietti / Con: Jaeden Lieberher, Sophia Lillis, Jeremy Ray Taylor, Finn Wolfhard, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer, Wyatt Oleff, Bill Skarsgard, Nicholas Hamilton y Jackson Robert Scott.