It, de Andy Muschietti
Por Paula Caffaro
Aunque Andy Muschietti niegue la referencia a la serie norteamericana del momento, Stranger Things, es inevitable relacionar ésta, con su versión de IT. Hay más de un rasgo en común además de un fuerte sentimiento de época que ubica al film inmerso en un microclima nostálgico y perturbador. El realizador argentino adaptó la icónica novela de Stephen King, casi pasando por alto la versión anterior en manos de Tommy Lee Wallace, aquella que resultó ser un compilado de fragmentos para una serie televisiva durante los años noventa.
De la mano de El grupo de los Perdedores, IT nos regala un viaje al pasado, más precisamente, a finales de los ochenta. En Derry, un pueblo olvidado por Dios, un grupo de pre adolescentes están a punto de vivir el verano más horripilante de sus vidas. Misteriosas desapariciones han estado sucediendo durante el último tiempo, entonces, motivados por el miedo, tal vez el aburrimiento del verano, y la colaboración con su amigo Bill, quien perdió a su hermano menor Georgie, la banda de entrañables amigos comienza su aventura estival. Montados en sus bicis y escapando del bullyng de los chicos populares de la secundaria, Bill, Richie, Stanley, Ben, Beverly, Mike, Eddie y Stanley se expondrán a sus miedos más profundos en la difícil, pero necesaria, empresa de descubrir qué es lo que está sucediendo en Derry.
IT revive las historias de fraternidad y primeras veces de todos aquellos grupos de amigos de la adolescencia. La identificación personal es instantánea, pero la cinematográfica también cuando vemos guiños en homenaje a grandes historias como Cuenta conmigo o Los goonies. A su vez, es tan fuerte el espíritu de época que la huella de la víspera de los noventa se hace notar en cada plano, no sólo por el vestuario y la ambientación, sino también por el regreso a vivenciar la calle: las bicis, los garages, el primer amor, las primeras frustraciones, etc.
Si de despliegue fílmico se trata, Muschietti se sabe conocedor del género y amante de la historia de Pennywise, por eso, su obra refleja la capacidad artística en planos técnicamente bien resueltos, una fotografía impecable y una evolución narrativa que mantienen a todos en alerta. Tal vez, podríamos criticar el abuso de efectos sonoros y una utilización constante de la estridencia aguda, pero pesa más la carga emocional del revival que el despliegue de los recursos en sí.
Muschietti juega con el horror, y se atreve a poner en pantalla crudísimas escenas que involucran niños mutilados, animales torturados, adolescentes abusados, entre otras atrocidades que la primera versión no se animaba a representar. Esta versión de IT es muchísimo más jugada en términos de definición política y estética, y eso se agradece cuando como resultado se obtiene un film que no se queda en medias tintas y apuesta a tematizar lo siniestro de una forma totalmente naturalizada.
IT tiene mucho para ofrecer, y a pesar de su longitud, aún nos espera la segunda parte. ¡Qué el hype no decaiga!
IT
It. Estados Unidos, 2017.
Dirección: Andy Muschietti. Intérpretes: Jeremy Ray Taylor, Sophia Lillis, Finn Wolfhard, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer, Wyatt Oleff, Bill Skarsgård, Jaeden Lieberher. Fotografía: Chung-Hoon Chung. Montaje: Jason Ballantine. Duración: 135 minutos.