Hacer una biopic de una de las figuras norteamericanas más importantes de la primera mitad del siglo pasado, sería suficiente garantía para acudir al cine, pero si a este esfuerzo le suman las colaboraciones de tres grandes actores y un experimentado y laureado director, el resultado es simplemente sensacional.
J. Edgar, la mas reciente película de Clint Eastwood, es un retrato intimista de una de las personas más poderosas de Estados Unidos durante la guerra fría, al cual se le acredita la consolidación del FBI como organismo de investigación y central de inteligencia de la nación más poderosa en ese momento histórico.
Pero el film lejos de centrarse en la mera enumeración de los grandes momentos del personaje, nos conduce a sus entrañas a la parte formativa y éxitosa; que simultáneamente en pantalla, vemos como se convierte también en su corrupción y ruina. Eastwood elige jugar con el tiempo, de la misma forma que la memoria juega con los recuerdos y por ello también nos presenta sucesos que no acontecen como el protagonista recuerda.
La película además de una excelente dirección y un maquillaje que seguramente merecerá varios galardones, recae en 5 actuaciones que consiguen matices perfectos y precisos, eclipsando cualquier suceso externo para conmovernos sutilmente con las revelaciones del alma de cada uno de los personajes. Leonardo Dicaprio se ha esmerado en la construcción de un rol, que lo catapulta y consolida como uno de los grandes histriones de la actualidad, que convence a detractores (como su servidor) y reafirma sus trabajos pasados en donde ya había conseguido esta excelencia interpretativa (El Aviador y Solo por un sueño).
La película, dicho eso, es Leonardo DiCaprio y es él quien consigue cautivarnos mientras presenta a este hombre paranoico y egocéntrico que de no ser por el actor sería imposible de empatizar. Claro que debe mencionarse que el estar acompañado de Judi Dench, Naomi Watts resalta su interpretación pero el mérito del éxito del film es exclusivo de Dicaprio y Armie Hammer, el cual sorprende a propios y extraños con su interpretación de Clyde Tolson, el fiel y eterno colaborador y compañero de J. Edgar Hoover, papel que me aventuro le valdrá también una nominación como actor de reparto.
El único demerito del film puede ser el ritmo y la fotografía, pero en nada sustraen el resultado final de un film que encabeza en este momento las películas favoritas a contender por un premio de la academia
J. Edgar es una película muy interesante sobre un hombre narcisista, excéntrico, lleno de fobias, estereotipos y traumas, que por más de 50 años se dedico a cazar y acabar con todos los monstruos y enemigos del sistema norteamericano, pero que nunca se enfrentó a sus propios demonios.