Con pisada fuerte
Había que ver al director Bryan Singer nadando en el terreno de la aventura luego de sus pasos por las dos partes de X-Men y de aquel maravilloso título que fue Los sospechosos de siempre.
En Jack el cazagigantes el realizador echa mano a los recursos clásicos del género y le agrega su visión grandilocuente para esta adaptación del cuento de los Hermanos Grimm, "Jack y los frijoles mágicos".
La paz entre los seres humanos y los gigantes termina cuando estas criaturas sanguinarias secuestran a una princesa (Eleanor Tomlinson) y un grupo de valientes encabezado por el joven granjero Jack (Nicholas Hoult, el mismo de Mi novio es un zombie) y el guerrero Elmont (Ewan McGregor) intentan rescatarla de un mundo oculto en las alturas.
El film de Singer, un poco extenso en el prólogo, ambienta la acción en una Tierra habitada por seres codiciosos y traicioneros y en un reinado cuya futuro peligra. De este modo, la acción no tarda en llegar y no disimula el peso que alguna vez tuvieron Willow y los relatos de Gulliver. Las mejores secuencias están en la irrupción de los héroes en un mundo desconocido y amenazante, con ciertos ecos de King Kong, en un juego contrastante de tamaños y escalas.
La película no está pensada para los más chicos, aunque Singer sabe cortar justo a tiempo (los monstruos se comen las cabezas de sus presas) para brindar un entretenimiento familiar. En ese sentido, el relato concentra sus mejores momentos sobre la segunda parte cuando hacen su aparición estos seres desagradables, de grandes fauces y pisadas fuertes, en medio de una trama que también tiene su costado romántico.
El ataque al castillo, el regreso del villano con dos cabezas, la conexión de dos universos a través de semillas que crecen a pasos agigantados cuando entran en contacto con el agua y una corona que todos ansían, permite también que el clima de la película crezca cómodamente. Y el cineasta se da el gusto de trabajar con buenos intérpretes como Stanley Tucci e Ian Mc Shane como el rey.