¿Problemas gigantes? Llamalo a Jack que los acaba como a moscas.
Si llegaste hasta acá y estás leyendo esta Review, significa que crees que una persona común y corriente como vos o como yo puede estar predestinada a algo especial.
Cuenta la leyenda, que hace cientos de años atrás existió un reino que fue asediado por gigantes que bajaron de una larga planta nacida de una habichuela mágica y que atravesaba los cielos. También en ese tiempo existió un rey, que con la sangre del corazón de uno de esos gigantes, logró forjar una corona que mantenía a éstas criaturas a los pies de quien la portara. Así fue como tanto el rey como la historia se transformaron en un cuento de hadas que viajó de generación en generación hasta llegar a las manos del pequeño Jack y la pequeña Isabelle, dos niños de diferentes estratos sociales pero con la misma sed de aventura. Pasó el tiempo y una noche, en medio de una tormenta, los dos ya jóvenes adultos unieron sus destinos para hacerle frente a hordas de gigantes que en verdad existían en el reino de los cielos y no sólo en las páginas de libros polvorientos.
Según mi criterio, la nueva película de Bryan Singer tienepoco para ofrecer. Si bien la trama se torna por momentos entretenida, no comulgo con la estética que se le ha dado al film. Conocemos esta historia como a la palma de nuestra propia mano, y por más vuelta de tuerca que se le pueda dar, siempre se puede pensar en algo mucho más sombrío y acorde a las circunstancias como lo están haciendo muchas producciones en este último tiempo. Soy consciente de que el público al que ha sido apuntada es más infantil, pero no deja de repetirse el pecado que este director está cometiendo con algunas historias y personajes que todos conocemos y apreciamos. Hablo por ejemplo del caso de su Superman Regresa, de 2006.
Desacuerdo aparte, creo que lo interesante del reparto como lo son Ewan McGregor y Stanley Tucci, queda opacado por una cantidad gigante de clichés. La desagradable estética de los ‘monstruos’ me pareció exageradamente absurda; ni asusta a los niños, ni divierte a los grandes. Nicholas Hoult y Eleanor Tomlinson no desentonan con sus inocentes rostros incapaces de aplastar siquiera a una hormiga. Eso hasta que el instinto de sus antepasados los obliga a luchar contra grandulones en una guerra que parece no tener fin, según el pobre final que se le ha dado a esta película en particular.
En resumen, Jack el Cazagigantes (Jack the Giant Slayer, 2013) puede tomarse como una suerte de oda al famoso cuadro del pintor Goya: ‘Saturno devorando a sus hijos’… Bueno, quizás no tanto.
Lo cierto es que el asesino de gigantes que nos trajo este año nuevo es un inocente plebeyo que a fin de cuentas se queda con la damisela en peligro, léase la princesa y futura reina de Inglaterra, por tan sólo haberse cargado a un par de gigantones enfurecidos y hambrientos de carne humana asustadiza. La lección más valiosa que aprendí con esta película es que no merece la pena correr, gritar e implorar por tu vida cuando sabés que en dos pasos agigantados vas a ser devorado cual canapé de boda por una criatura a la cual, lo que más le interesa es mantener su higiene personal lo más descuidada posible.
Comete un plato de frijoles bien pesado y preparate para escalar algo más alto que cualquier maleza verde y espinosa que te hayas cruzado en tu vida. Pero hagas lo que hagas, no confundasa esas habas con las semillas mágicas de Jack, o serás carnada fácil de bichos grandes y feos que ‘nacieron de la lluvia’. A cuidar esa coronita que todos tanto desean o el poder trepará rapidísimo hasta tu cabeza. Hazme caso; no me plantes.