Al fin un director que entiende de que van realmente los cuentos de hadas y el cine fantástico.
La verdad que no esperaba menos de Bryan Singer que es un tipo inteligente y no se iba a dejar llevar por la moda de lo que es más comercial en Hollywood en este momento.
Por estos días existe un empeño de los grandes estudios en volver más estúpidos a los cuentos clásicos con personajes perturbados y grandes escenas de violencia porque aparentemente es lo que vende.
Si bien existen relatos de esta clase que se prestan para experimentar con este tipo de enfoques, como la lograda Blancanieves: Un cuento de terror (con Sigourney Weaver), no siempre funciona con toda las obras literarias.
Lo genial de Jack el caza gigantes, y el principal motivos por el que me encantó y la recomiendo, es que no sólo rescata el espíritu de estos clásicos cuentos, sino que además brinda una gran historia de fantasía como las de antes.
Una película que está claramente en sintonía con títulos como Leyenda (Ridley Scott), The Princess Bride, Laberinto, Willow e inclusive la primera versión de esta propuesta que dirigió Nathan H. Juran en 1962.
Un maestro del cine fantástico que fue responsable de obras memorables como Simbad y la princesa y El ataque de la mujer de 50 pies, ambas de 1958.
El film de Singer en realidad fusiona dos cuentos famosos, que suelen ser confundidos, como son “Jack el Asesino de Gigantes” y “Las habichuelas mágicas”.
En el caso de la primera historia nos encontramos ante uno de los relatos más sangrientos y violentos que se registraron en la mitología bretona.
La trama original transcurre durante la época del Rey Arturo y está relacionada con esa leyenda.
En el caso de las habichuelas se trata de un cuento de hadas inglés clásico, más infantil, que comparte algunos elementos con la trama del asesino de gigantes como el famoso verso “Fee-Fi-Fo-Fum” que está asociado con estos famosos personajes.
Singer y su clásico colaborador en los guiones Christopher McQuarrie desarrollaron más el mundo de las gigantes y su relación con los humanos que acá se sostiene un poco mejor.
A nivel visual la película se destaca por todo el trabajo que tiene en la creación de este mundo de fantasía y esa épica batalla final que es impresionante.
Este es uno de los pocos filmes del género donde los gigantes clásicos no se ven tontos sino que resultan intimidantes y peligrosos.
Algo bastante loco ya que si bien no es una historia sangrienta el retrato de los gigantes es más oscuro de los que estamos acostumbrados a ver en el cine.
Un buen enfoque que les dieron a estos personajes sin distorsionar demasiado la propuesta.
Es decir, tal vez para los espectadores más pequeños algunas escenas puede ser un poco aterradoras, pero en términos generales esta propuesta es una gran película familiar.
También tiene la ventaja de con contar con un reparto de actores en serio que sostienen muy bien con sus interpretaciones la historia.
Stanley Tucci suele ser una garantía como villano y acá su labor no defrauda para nada.
Por otra parte siempre es un placer encontrarse en el cine con ese gran actor enano que es Warwick “Willow” Davis, quien tiene una pequeña participación y por el enfoque que tuvo este film su presencia resulta todo un símbolo.
Reitero, esta es una película que rescata el espíritu del viejo cine fantástico de aventuras y que al mismo tiempo celebra a los cuentos de hadas legendarios que le brindaron un poco de magia a este mundo.