Bryan Singer no tiene suerte. El otrora gran director que supo cautivar a la audiencia con The Usual Suspects y luego con su brutal tándem X-Men/X2 parece no poder con presupuestos abultados. Tras la pobre recepción de su Superman Returns y el descanso con la minimalista Valkyrie, se puso a la carga una vez más con una superproducción, en esta oportunidad con las manos en una nueva versión del ya clásico cuento de las habichuelas mágicas. En Jack the Giant Slayer tenemos entonces una épica que durante su metraje no sabe bien donde pararse, siendo una aventura familiar de ligeros toques oscuros que termina por crear un confuso episodio que se debate entre animación computarizada y una historia demasiado clásica como para impresionar.
No sé si será por el hecho de que, de un tiempo a esta parte, se han visto tantas adaptaciones libres de cuentos que el público se ha cansado, pero lo que tiene Jack es que nunca alcanza cotas de oscuridad elevadas y tampoco se arrastra hacia territorios familiares pueriles y sabidos. Singer se salda con una de sus películas más impersonales a la fecha, en donde la opulencia del CGI eclipsa un argumento con personajes arquetípicos (el huérfano pobre, la princesa aventurera y el villano sediento de poder, entre otros) que no van hacia ningún lado y que tampoco ofrecen sorpresa alguna. Conocido por la gran vuelta de tuerca pergeñada junto al guionista Christopher McQuarrie, en esta ocasión la dupla no consigue elevar la trama hacia terrenos fértiles, eligiendo jugar a lo seguro sin darle al elenco una pincelada distintiva. Ni los buenos ni los malos consiguen atraer la atención, de ahí que sus aventuras se paseen con cierta indiferencia por delante de nuestros ojos.
Destacan por suerte en el elenco el joven Nicholas Hoult como el distraído y valiente héroe, Eleanor Tomlinson es la correcta damisela en apuros y el camaleónico Stanley Tucci el colorido villano. Es interesante ver a Ewan McGregor relegado a un papel secundario, ya que nunca está de más aportar una cara conocida a un producto de tales magnitudes. Sin casi tiempos muertos, exaltada por una estruendosa banda sonora y una dirección artística que más bien parece prestada de otras producciones más potentes, esta historia de destinos encontrados agrada de a ratos pero disgusta si se engloban todos sus aspectos.
Jack the Giant Slayer es grande, pero como dice el dicho, 'El que mucho abarca, poco aprieta', y Bryan Singer se queda corto con una narrativa plana, acción demoledora y personajes de cartón. A no desesperar, porque Singer promete una reunión nostálgica con X-Men: Days of Future Past.