Mil héroes de una sola cara
La película comienza mostrando un crimen, un francotirador le dispara a 5 personas aparentemente al azar. La policía rápidamente da con el principal sospechoso, que sabemos, no es el asesino. El dilema está planteado. Antes de quedar en coma por los golpes que recibe de sus "compañeros" criminales, el acusado escribe en un papel "busquen a Jack Reacher". Y no tendrán que buscarlo porque Jack se hace presente sin que lo llamen.
Jack Reacher no cree en la justicia institucionalizada, solo cree en la justicia como concepto, justicia que solo él puede impartir. Como bien dirá el francotirador acusado "No se preocupa por la evidencia. No se preocupa por la ley. Solo le importa lo que es correcto." Intentará salvar a un inocente de esa justicia que está por cometer un error condenándolo a muerte, develando una red de corrupción en su camino, y condenando a los verdaderos culpables con sus propias manos. Pero él no es parte de esa justicia, si se quiere él es el concepto platónico de justicia, que no necesita evidencia ni ley, solo hacer lo que es correcto. Y aunque esa justicia no exista en la práctica, Jack Reacher tampoco. La película se encarga de entronarlo como una persona casi impersonal. No tiene dirección, mail, facebook (parece absurdo pero es posible), es más un mito que una persona. "Es un fantasma, no lo encontrás a menos que él quiera que lo encuentres".
El villano finalmente será juzgado por Jack Reacher y no por esa institución perversa. Visto así no parece casualidad que el villano de la película sea interpretado por el gran Werner Herzog, cuyos últimos documentales, Into the Abyss y On Death Row, tocan el tema de la pena de muerte en Estados Unidos y las falencias de una justicia poderosa e imperfecta.
Jack Reacher es inagotable, como Tom Cruise. Y digo Jack Reacher porque es el personaje principal de esta película, pero tranquilamente podría decir Ethan Hunt (Misión Imposible), John Anderson (Minority Report), Roy Miller (Encuentro Explosivo), que para el caso es lo mismo. Tom Cruise, y por ende la larga lista de personajes que encarna, es inagotable no por su gran cantidad de facetas, sino porque tomó la que mejor le queda (al principio en serio y hoy parodiándose a sí mismo) y le puso varias películas alrededor, con resultados casi siempre positivos (sin ánimo de quitarle mérito a las películas que lo rodearon, claro está).
El director es Christopher McQuarrie, que no tiene mucha experiencia dirigiendo (es su segundo largometraje) pero ha hecho una carrera como guionista (escribió el guión de Los Sospechosos de Siempre y Operación Valkiria entre otras). Y eso se nota, porque la película se hace fuerte en algunos diálogos, en algunas frases, y sobre todo en algunos chistes, que desestresan la trama y la hacen muy llevadera. Además de Tom Cruise y Werner Herzog, también interpreta un papel Robert Duvall, que es una institución a la hora de hablar de actores de reparto. Como en Días de Trueno, se vuelve a juntar con Tom Cruise y hace un papel pequeño pero importante, gran parte del humor de la película parte de este dúo. El elenco lo completan Rosamund Pike (Orgullo y Prejuicio), Richard Jenkins y otros.
En resumen, Jack Reacher: Bajo la Mira no es una película grande y no pretende serlo, pero sus más de dos horas de duración pasan volando. Tiene ritmo, tiene acción, tiene humor, tiene a Tom Cruise, no necesita mucho más.