En los últimos años Tom Cruise se destacó como una de las grandes revelaciones del cine de acción por su labor como productor en la saga de Misión Imposible.
Su compromiso con esos proyectos generó que brindara producciones de calidad que fueron realizadas por grandes directores y consiguieron ofrecer un sólido entretenimiento.
Con Jack Reacher intentó abordar el género con un personaje diferente y la primera entrega, estrenada en el 2012, fue un film de corte policial bastante decente. Especialmente si tenemos en cuenta que el personaje proviene de uno de los grandes bodrios literarios de los últimos tiempos.
Las novelas de Lee Child parecen escritas por chicos de diez años, donde un héroe supermacho siempre gana todas las peleas, nunca falla los disparos con armas de fuego y resuelve crímenes gracias a numerosas coincidencias ridículas.
Reacher es infumable en su versión literaria y Cruise dentro de todo lo interpretó con un poco más de realismo. Al menos cuando pelea con algún villano el ex policial militar sangra en el cine y no está hecho de acero.
Esta nueva película la verdad que es muy decepcionante y califica coma la peor producción de Cruise en el género de acción.
No porque sea mala, sino que es mediocre y no está para nada a la altura de lo que Tom suele ofrecer como productor. Queda la sensación que esta película la hizo sin ganas y no le puso el mismo entusiasmo al proyecto como al film del 2012.
Si no fuera por la presencia de actor, la única cara famosa del reparto, este estreno sería la típica producción clase B de Dolph Lundgren que se puede encontrar a menudo en el cable.
Ya de entrada la historia genera un bostezo con el trillado conflicto del héroe que tiene darse a la fuga de las autoridades por un crimen que no cometió. Un concepto que Cruise ya trabajó previamente en los episodios 1 y 4 de Misión Imposible y Minority Report.
A este conflicto pobre luego se le suma una horrenda subtrama relacionada con la supuesta paternidad de Reacher que hace más aburrida la película.
Todo es tan predecible y trillado que el film nunca logra construir ningún momento notable de suspenso, como ocurría con la producción del 2012.
Lo más decepcionante de este estreno es el trabajo del director Edward Zwick, quien en el pasado brindó muy buenas secuencias de acción en El último samurái y Diamantes de sangre y en este caso realizó su labor más desapasionada.
Las peleas de Jack Reacher son todas iguales y nunca llegan a tener un momento destacado en la película. Inclusive se vuelven redundantes con el desarrolló de la historia.
Al menos en la entrega anterior había un misterio policial decente que hacía llevadera la trama. En el nuevo conflicto simplemente vemos al protagonista y su acompañante femenina de turno escapar de un villano trillado que carece de atractivo.
Para la clase de argumento que se presenta la duración de dos horas es injustificada y hacia el final hasta las secuencias de acción se vuelven aburridas.
Queda claro que a Jack Reacher se le acabó la nafta en su segunda película y el personaje no entusiasma lo suficiente como para que regrese en otra entrega.
Reitero, no es una propuesta mala, pero la podés esperar en la televisión que no te perdés nada interersante.
Para los seguidores del género en este momento El contador, con Ben Affleck, sigue siendo la mejor apuesta en el cine.