El inglés Lee Child tiene escritas más de veinte novelas centradas en su personaje estrella: Jack Reacher. “Never Go Back” (2013) es la número dieciocho de la serie, pero su adaptación cinematográfica llega después de “One Shot” (2005), la que diera el puntapié inicial a la franquicia protagonizada por Tom Cruise en el año 2012.
Aquella primera película tenía muchos puntos a favor, en especial su director y guionista Christopher McQuarrie (“Misión: Imposible - Nación Secreta). En esta oportunidad, McQuarrie le cedió el lugar a Edward Zwick –quien ya trabajó con Cruise en “El último Samurái” (The Last Samurai, 2003)- y este cambio se nota a la distancia.
“Jack Reacher: Sin Regreso” (Jack Reacher: Never Go Back, 2016) atrasa. Desde su estructura, su inverosimilitud, sus incontables clichés y sus fallidas vueltas de tuerca, nos hace pensar que esta es una película de acción de la década del ochenta y no un exponente moderno del género que trata de salirse de las casillas y tratar de entregarnos algo nuevo y entretenido.
A pesar de que las persecuciones, los tiros y las piñas nunca cesan, “Jack Reacher” se vuelve monótona y casi predecible desde sus comienzos. La trama no deja nada para la imaginación y obliga al espectador conformarse con lugares comunes y personajes demasiado genéricos.
Jack (Cruise), ex policía militar retirado, lleva cuatro años haciendo justicia por su cuenta en colaboración con la mayor Susan Turner (Cobie Smulders), quien le ha estado ayudando desde Washington DC en sus tareas como investigador y “vigilante” a lo largo de todo el país. Reacher decide hacer un alto en la capital para conocer a su compañera, pero al llegar a la base descubre que Turner ha sido acusada de espionaje y traición, y permanece en una celda incomunicada.
Como buen metiche que es, Reacher tratará de desenmascarar la verdad y tratar de limpiar el buen nombre de esta señorita, pero pronto se verá envuelto en una conspiración mucho más grande, que involucra a contratistas militares en Afganistán y algún alto mando del ejército estadounidense.
Ahora, acusado de asesinato, Jack y Turner deberán escapar de prisión y encontrar a los verdaderos culpables, una carrera contrarreloj que, además de asesinos a sueldo, incluye un obstáculo inesperado: una supuesta hija adolescente de la que deberá hacerse cargo.
“Jack Reacher: Sin Regreso” no presenta sorpresas ni innovación alguna. Sólo es un pretexto para el lucimiento de Cruise que quiere demostrar que todavía le dan las piernas para ser el héroe de acción. Todo bien, pero podrían haberse esmerado mucho más con una trama demasiado inverosímil para los tiempos que corren, donde no podemos creer que dos personas desarmadas logren escapar de una cárcel de máxima seguridad ultravigilada a fuerza de piñas y patadas.
Zwick y el guionista John Logan le dan al espectador por su lado, ofreciendo un poco de diversión descerebrada sin mucha sustancia con un thriller militar que carece de suspenso, pero le sobran todos los lugares comunes y tropos del cine de acción más genérico de décadas pasadas.