Adam Sandler es de por sí un hombre orquesta. Le faltaba vestirse de mujer y hacer el doble rol de protagonista y su hermana. Consiguió a Al Pacino para un papel de humor. Katie Holmes es apenas una figurita decorativa. Lo demás, es el humor de Sandler, con hallazgos, ternuras y su condimento escatológico. Para quienes lo admiran, él no los defrauda.