Luego de una ausencia de casi 9 años, el realizador Paul Greengrass y el actor Matt Damon vuelven a la franquicia Bourne con una nueva entrega, Jason Bourne. Con un elenco en el que se destacan actores como Vincent Cassel, Tommy Lee Jones, Alicia Vikander y Julia Stiles. Luego de que El Legado Bourne (The Bourne Legacy) no triunfase de manera unánime en lo que a taquilla/crítica se refiere, la vuelta de la dupla Greengrass/Damon vuelve a encarrilar la narrativa de la saga en este mundo post-Snowden y Wikileaks. Varios años más tarde, Jason Bourne vuelve a arremeter contra la CIA a pedido de su amiga Nicky Parsons (Stiles), quien ha descubierto una nueva operación clandestina de la agencia de espionaje y un oscuro secreto relacionado al pasado de Bourne. Con esta premisa vuelve el personaje creado originalmente por Robert Ludlum a pesar de que la trilogía original había completado de manera efectiva el arco dramático del personaje.
Ahora, la idea de la vuelta de Bourne fue del editor Christopher Rouse y son varias las razones del regreso: Jason Bourne sigue recordando un suceso oscuro en su vida antes de entrar a la CIA y, por otro lado, Nicky Parsons hackea la base de datos de dicha agencia gubernamental y descubre una nueva operación que vulnera la privacidad de los ciudadanos. La CIA responde con una búsqueda global en donde se intenta eliminar de una vez por todas a Bourne con los esfuerzos de los personajes de Tommy Lee Jones, Vincent Cassel y Alicia Vikander.
Estas razones argumentales son más que suficientes para la vuelta del personaje y, a su vez, posicionarlo en el mundo actual. Pero una vez establecidas las razones, el film debe tener alguna perspectiva fresca o al menos novedosa con respecto a lo que ya se ha hecho anteriormente en la saga. Lamentablemente, Greengrass opta por hacer un "grandes éxitos" de la franquicia, poniendo en el nuevo film escenas y acciones muy similares a otras que ya aparecían en la trilogía. Algunas de estas acciones pueden ser justificadas ya que el personaje principal es el mismo pero por otro lado, la película termina resultando poco fresca o innovativa con respecto a las anteriores. Por suerte, y a pesar de todo, Jason Bourne es una muestra de la eficacia técnica y narrativa por parte de Paul Greengrass y su equipo, mostrando una ajustada edición y espectaculares escenas de acción (en especial la persecución en moto en Grecia y el enfrentamiento final en Las Vegas). Los actores se muestran correctos en sus papeles y el film termina con la promesa de más capítulos en la saga.
Jason Bourne no es la secuela que se estaba esperando pero la película cumple con varios requisitos básicos: Está bien justificada la vuelta del personaje, está firmemente situada en la actualidad, contiene mucho suspenso, tiene buenas escenas de persecuciones y de acción, la banda sonora es familiar pero efectiva y, por último, termina antes de empezar a aburrir.