Luego de una (no tan larga) espera de un año, el ansiado final de la historia iniciada en Avengers: Infinity War está aquí, con Robert Downey Jr., Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Paul Rudd y todo el equipo en el reparto. Una vez más, Avengers Endgame tiene a los hermanos Anthony y Joe Russo como realizadores, con un guión de Christopher Markus y Stephen McFeely. El último capítulo (al menos de esta fase) muestra el resultado de la decisión de Thanos, con el mundo reaccionando a los eventos y con los protagonistas lidiando con su fracaso. Los héroes que no habían aparecido en Infinity War, Hawkeye y Ant-man, hacen su aparición aquí y ponen en marcha un nuevo plan para enfrentarse con su oponente. Entre solemne y frenético, el tono de Avengers Endgame oscila entre ambos extremos (siempre con unas dosis de humor esparcidas a lo largo del metraje, aunque en este caso un tanto más acotada) que, por momentos, hace tambalear al proyecto entero. Otro elemento que hace mella en el producto es su duración: unos eternos 181 minutos. Debido a que es la culminación de años de films de Marvel, Endgame es la encargada de dar cierre a todas las subtramas, personajes, situaciones, etc. lo cual hace que narrativamente falle por momentos. Más allá de sus falencias, Avengers Endgame es una buena conclusión a esta larguísima historia que se inició en el 2008 con el film Iron Man. Esta cinta le da un momento para brillar a varios de sus protagonistas y consigue ser una celebración de todo lo acontecido sin llegar a ser catártico ni importante. Vale mencionar, de todos modos, que es un producto hecho exclusivamente para fanáticos, o al menos para aquel que vio todas (sí, todas) las películas anteriores y tiene un buen recuerdo de las mismas.
Luego de las dos entregas ideadas por el aclamado realizador Guillermo del Toro, la tercera y última entrega de esa saga protagonizada por Ron Perlman quedó trunca después de llevarla a una conclusión por varios años sin lograr resultados positivos. Una nueva versión del personaje, protagonizada por David Harbour (Stranger Things), Ian McShane (American Gods) y Milla Jovovich (Resident Evil) y dirigida por Neil Marshall (The Descent, Game of Thrones) se estrena ahora con un nuevo enfoque del personaje. Hellboy es una película más sangrienta y violenta que sus predecesoras pero retiene el humor, que es primordial para el personaje principal. Estéticamente, se diferencia mucho de los diseños de Guillermo del Toro pero Marshall logra adueñarse del film y ponerle su propio sello. Con un ritmo muy apresurado y con demasiadas secuencias de acción, Hellboy se convierte en una cacofonía de ruidos y explosiones, con pausas demasiado breves y con una música poco memorable. Hellboy no ofrece nada nuevo a la historia cinematográfica del personaje, con problemas de ritmo y un guión que tiene demasiadas cosas que contar, pero logra entretener a su público sin pasar (demasiada) vergüenza. En la comparación con sus predecesoras, sin dudas pierde, pero como película independiente de todo lo que vino antes (que tampoco fue tanto), consigue el elemental objetivo de entretener.
El nuevo film del veterano realizador Tim Burton es una nueva versión del querido personaje Dumbo, clásico de la factoría Disney. Con un elenco lleno de figuras como Colin Farrell, Eva Green, Danny DeVito y Michael Keaton, este nuevo largometraje es parte de una tendencia de la productora de recrear sus mayores éxitos de antaño con una nueva mirada (ejemplos a la fecha sobran y van desde La Cenicienta, La Bella y la Bestia, y El Libro de la Selva, y continuarán próximamente con Aladino y El Rey León). Con un guión de Ehren Kruger (La Llamada, Ghost in the Shell), la película de Burton es más larga que la original (112 minutos contra los 64 minutos de la versión del ’41) y contiene nuevos giros y temas en su narrativa. Lejos de su mejor momento, Burton apenas logra que el film tenga ritmo, buenas actuaciones de parte de los actores y el personaje principal, Dumbo, despierta simpatía y ternura en el público aún cuando el resto de la historia no se destaca lo suficiente. Dumbo es un film adecuado para su público, bien pensado y hecho, que podría haber sido mucho más en manos de un realizador más ambicioso. Con temas como el maltrato animal y un mensaje en contra de la encarcelación de los animales, Dumbo apunta alto por momentos pero termina siendo un mero entretenimiento que concluye apenas como una anécdota.
Luego de una larga espera, se estrena el primer film de la productora Marvel/Disney que es protagonizado por una mujer. En este caso es la primera adaptación para cine de Capitana Marvel, personaje creado en los años ’60, y que es personificado por la ganadora del Oscar Brie Larson (Room). Acompañada en el reparto por Samuel L. Jackson, Jude Law, Ben Mendelsohn, Annette Benning y Gemma Chan; Capitana Marvel está escrita y dirigida por el dúo Anna Boden/Ryan Fleck. Se trata del típico producto de la factoría Disney: algo bien hecho técnica y narrativamente hablando, pero que no destaca en ninguno de sus otros rubros, especialmente el guión. Sí, tiene logrados momentos de humor y el arco dramático del personaje principal está bien logrado y las actuaciones son precisas, al igual que cualquiera de otros films de la factoría de superhéroes, pero resulta tan efímero como los menos recordados de este universo de comics adaptados a la pantalla grande. Capitana Marvel no cumple en lo que a banda de sonido original se refiere, ya que es bastante olvidable, con escenas de pelea poco memorables que no aprovechan que el film esté situado en los años ’90s para destacar siquiera el factor “nostalgia”. Utiliza recursos como el montaje y la fotografía a la manera de la época que retrata, pero de manera forzada y tan obvia que más que homenajear, molesta. Capitana Marvel cumple, pero deja con ganas de más. Lo que le falta al film es individualidad como para destacarse, o al menos un poco de coraje para imponerse con la potencia que su contrincante de género más reciente, Mujer Maravilla, supo contar para cautivar a los espectadores. Podrá agradar a los fanáticos del universo Marvel/Disney pero al resto del público le dejará un gusto amargo a demasiado poco.
Producida y co-escrita por James Cameron y dirigida por Robert Rodriguez, Alita: La última guerrera es la primera colaboración entre ambos autores del cine norteamericano. Protagonizada por la ascendente Rosa Salazar (Bird Box) y secundada por Christoph Waltz (Bastardos sin gloria), Jennifer Connelly (Una mente brillante), Mahershala Ali (Luz de luna) y Keean Johnson, esta adaptación hollywoodense del manga creado por Yukito Kishiro llega a las pantallas con un abultado presupuesto cercano a los 200 millones de dólares. Alita: La última guerrera es una aventura postapocalíptica con una joven mujer como protagonista, tratando de sobrevivir en un ambiente hostil, rodeada de criminales y cyborgs peligrosos. Utilizando los más avanzados efectos digitales, el equipo técnico logra hacer de Alita un personaje vívido y creíble. Las escenas de acción también consiguen una tensión lograda por una buena dosis de peleas, y la recreación de ese mundo futurista anclado en algún lugar entre el Mad Max de George Miller y el Blade Runner de Ridley Scott. Sin embargo, Alita: La última guerrera trastabilla con un guión que contiene algunas escenas demasiado expositivas y diálogos por momentos obvios e insulsos. Hay que decir que algunos de ellos se justifican por el retrato adolescente y aniñado que busca la historia en los ojos de su protagonista, y por suerte, Rosa Salazar logra llevar el peso de la película con potencia y carisma (inclusive en algunos de los pasajes más débiles del film) gracias a una performance que logra emocionar hasta al espectador más cínico. Bien acompañada por el elenco, Salazar se alza como el punto más alto de Alita: La última guerrera, más allá de su presupuesto y efectos especiales. Alita: La última guerrera es un largometraje de ciencia ficción entretenido, épico y con una gran actuación de la protagonista. Más allá de las falencias del guión, merece ser apreciada pantalla grande.
Luego del éxito de Llámame por tu nombre (Call me by your name, 2017), el realizador Luca Guadagnino produce esta nueva versión del clásico de Darío Argento, Suspiria, con un nuevo guión de David Kajganich y con la música de Thom Yorke (del grupo Radiohead). En el elenco se encuentran Dakota Johnson, Tilda Swinton y Mia Goth. Suspiria es un producto atípico: no es una copia de la anterior versión sino que toma la premisa principal y hace de ella una película completamente nueva. Tiene personajes originales, la fotografía es más oscura (vale recordar en este punto que el clásico de Argento, por el contrario, se caracterizaba por estar saturado de colores), y dura 153 minutos (mientras que la original tiene 98 minutos de duración). No sólo Suspiria sucede durante el año 1977 (guiño nuevamente al film de Argento, ya que fue el año de estreno de su predecesora) sino que también parece hecha en ese mismo año, tanto en la fotografía, los efectos visuales, la música y la edición. Más que un “homenaje” a una década, es un viaje en el tiempo a la misma. El largometraje transcurre en Berlín durante el denominado “Otoño Alemán” (ataques y secuestros terroristas por parte de diferentes grupos armados de la época) y ese tumulto político se hace parte de la narrativa de la película. El film mezcla tonos y temas hasta casi tambalear bajo su propio peso, pero nunca deja de ser al menos fascinante. La música del debutante Thom Yorke le da un toque lúgubre pero elegante a la trama. Excelente en sus recursos técnicos y artísticos, Suspiria sufre bajo los cambios de tono, ya que pasa del terror, al grotesco, al humor no intencional, etc. y a la cantidad de temas a los que se alude, entre ellos a lo político, al patriarcado (también al matriarcado), a la religión, etc. pero la dirección es precisa, las actuaciones son correctas y, por momentos, es visualmente deslumbrante. Suspiria es ambiciosa y grandilocuente, es un film confrontativo y poco sutil, pero también es difícil de olvidar una vez que la función haya terminado.
Luego de la muy buena recepción que tuvo Creed (de Ryan Coogler, 2015), llega el turno de la secuela de la mano del realizador Steven Caple Jr. con Michael B. Jordan de vuelta en el papel principal, acompañado por Sylvester Stallone, Tessa Thompson y Dolph Lundgren. Creed (2015) tiene el logro de revivir la franquicia Rocky luego de años de hibernación, gracias a las sólidas performances de Jordan como el protagonista y Ryan Coogler como director. Luego de que la novedad y la frescura desaparecen ¿Logra Creed II mantener la calidad de la saga? Creed II: Defendiendo el legado enfrenta a los herederos del título Adonis Creed y Viktor Drago (Florian Munteanu), desatando conflictos en ambos bandos. Vale la pena destacar que vuelven a estar juntos en pantalla tanto Stallone en su papel de Rocky Balboa como Dolph Lundgren en su papel de Iván Drago (ambos personajes aparecieron por primera vez en Rocky IV, quizás no la mejor de la saga pero sí una de las más recordadas). Creed II no sólo profundiza en los conflictos internos del protagonista sino que también dedica buena parte del metraje al antagonista y su padre, haciendo de estos últimos personajes unas caracterizaciones bien delineadas. Por suerte, la película le da a cada uno de ellos su momento de brillo, más allá del conflicto principal. El film respeta la fórmula y el legado de la saga aunque también los aggiorna a los tiempos que corren e inclusive tiene algunas sorpresas bajo la manga. Creed II es un poco larga y ya no sorprende como su antecesora, pero mantiene la calidad y es digna de ser parte de la franquicia Rocky/Creed.
Luego de una larga espera, el realizador M. Night Shyamalan termina su trilogía de superhéroes (que empezó con El Protegido y siguió con Fragmentado, hace apenas dos años) con su nuevo capítulo, Glass. Con Sarah Paulson, Bruce Willis, Samuel L. Jackson y James McAvoy en el reparto, Glass es la nueva apuesta del realizador de Sexto Sentido para seguir su buena fortuna en lo que a taquilla se refiere. Pero 19 años más tarde, las expectativas suelen ser altas (más aún si las dos entregas anteriores tienen buena recepción y hasta han adquirido el status de “film de culto”), y la última parte de esta trilogía fracasa, y lo que es peor, concluye con sabor amargo, a sabiendas de que la premisa daba para mucho más. Más allá de esto, Glass es un típico caso de final decepcionante: el film ocurre en gran parte en interiores, contiene escenas con diálogos repetitivos y por demás, malgasta el tiempo en secuencias lentas y extensas, etc. Es cierto que la mayor parte de estos problemas se podrían resolver con una edición más estricta, pero aún así esto no ayudaría con el problema principal que tiene la película: ya desde su concepción como producto de bajo presupuesto, sin un hábil uso de los limitados recursos, el fracaso estaba a la vuelta de la esquina. Glass es es el encuentro final entre los tres muy queridos protagonistas sobrenaturales de la saga. Su conjunción debió ser todo un espectáculo, y no un placer entregado a cuentagotas, que por momentos ni siquiera existe. No está mal sorprender al público con algo inesperado, pero lo único que ha logrado Shyamalan es decepcionarlo con un largo relato que recuerda más al potencial fallido de Kryptonita que a los éxitos de Marvel. Más allá de un principio promisorio de algunas escenas bien logradas, Glass es otra oportunidad desperdiciada por parte de su realizador. Sólo apta para curiosos.
Con un equipo creativo separado del Universo Marvel, y por ende liberada de la continuidad forzosa de la misma, Spiderman: Un nuevo universo, una nueva versión del héroe arácnido se centra en las fortalezas de la animación y del cómic original por sobre todo. Encabezado por Chris Miller y Phil Lord (Lluvia de Hamburguesas, La Gran Aventura Lego y Comando Especial) y los directores Rodney Rothman, Peter Ramsey y Bob Persichetti, el film tiene como protagonistas a Shameik Moore, Jake Johnson, Hailee Steinsfeld y a Nicolas Cage en una aventura muy psicodélica. Spiderman: Un nuevo universo es una refrescante vuelta de tuerca al mundo de Spiderman y al de superhéroes en general. Con una dirección que no tiene miedo de mostrar diferentes versiones de un mismo héroe (Gwen Stacy, Miles Morales, un Peter Parker más viejo, etc.), las realidades paralelas que coexisten en los cómics, sus exagerados trajes y sus elaborados diseños. Quizás uno de los puntos negativos de la película es que el aspecto visual está sobreproducido en algunos momentos, lo que la hace ininteligible (quizás se deba a que se utilizan muchas técnicas de animación y de cómic al mismo tiempo). Spider-man: Un nuevo universo contiene humor, drama, acción y un sentido de aventura no igualado dentro de la carrera cinematográfica de este héroe. Más allá de alguna imperfección en el producto final, este largometraje representa un futuro promisorio para Spider-man y una muy buena opción para ir al cine con adultos y niños.
El nuevo largometraje del legendario Clint Eastwood también lo tiene como protagonista, luego de una larga ausencia en pantalla (su última aparición fue en Curvas de la Vida, del 2012). Con un reparto en el que se encuentran Bradley Cooper (Nace una Estrella), Michael Peña (Ant-Man), Laurence Fishburne (Batman vs Superman) y Andy García (Geo-Tormenta), La Mula está inspirada en hechos reales. A los 88 años de edad, Eastwood sigue muy activo en el mundo del cine, sin signos de mostrar cansancio. En La Mula se muestra seguro del material, mostrando la vida del protagonista, sus falencias con respecto a sus seres queridos y su introducción al mundo del narcotráfico. Paralelamente, se plantea la investigación federal con el foco en Cooper y Peña como los agentes tras la pista del anciano protagonista. El estilo relajado de realización de Eastwood (pocas retomas, edición simple, etc.) hace que el film se vuelva un poco repetitivo por momentos, algo melodramático (en exceso) en otros, y, lo más grave, es que la urgencia y el suspenso apenas aparecen cuando la persecución gubernamental se empieza a cerrar sobre el protagonista. La Mula termina siendo un film decente, con buenas actuaciones y un buen aporte técnico pero que no está a la altura del legado de su realizador por una edición poco estricta. Con algunos pasajes bien logrados, La Mula al menos puede entretener al público de a ratos.