Sí, volvió Matt Damon (y eso que a Jeremy Renner lo queremos de verdad) y volvió Paul Greengrass y la saga del agente secreto que recupera la memoria y viene a por sus amos sale airosa. El conflicto es casi lo de menos (“casi”: lo bueno de Greengrass es que no olvida que hay una historia y que es importante para los personajes): lo cierto es que el nervio y la tensión están ahí, tanto en el cuerpo como en el rostro, iracundo y triste, de un gran Damon. Sí, lo que usted espera y algo más.