Al francés Bruno Dumont le interesan los temas religiosos, como demuestra su filmografía, con títulos notables como Fuera de Satán o Hadewich. Sin embargo, a diferencia de aquellas, este experimental acercamiento, musical, a la vida de Juana de Arco desde su tierna y cantada infancia, apuesta a una rústica pero ambiciosa traslación de historia, mito y éxtasis místico. Pero también a una provocación que desorienta hasta la impaciencia, incapaz de convencernos de que la cosa va realmente en serio.