Se buscó revivir esta saga que ya estaba enterrada bastante abajo y probablemente luego de verla, allí abajo se quedará. ¿Habrá que esperar 23 años para volver a ver al monstruo comer? Ojalá que no.
En otro intento por reflotar franquicias y sagas que vieron la luz al final del túnel hace ya varios años, ahora le tocó el turno a Jeepers Creepers. Para aquellos despistados que nunca han visto nada de esta película de terror de principios de milenio, esta historia consta de un demonio que cada 23 años, durante 23 días seguidos, se encarga de comer gente a troche y moche, en preferencia adolescentes, para poder regenerarse y así perdurar en el tiempo y en la historia.
En otro intento por reflotar franquicias y sagas que vieron la luz al final del túnel hace ya varios años, ahora le tocó el turno a Jeepers Creepers. Para aquellos despistados que nunca han visto nada de esta película de terror de principios de milenio, esta historia consta de un demonio que cada 23 años, durante 23 días seguidos, se encarga de comer gente a troche y moche, en preferencia adolescentes, para poder regenerarse y así perdurar en el tiempo y en la historia.
Esta película sufre constantes problemas en cuanto a las actuaciones, principalmente. Nadie del elenco destaca, todos se ven forzados, haciendo cosas sin determinación y solo haciéndolo porque así lo dice el guión. A propósito de eso, el guión posee una estructura muy endeble y solo se rescatan algunas partes, en donde el demonio es protagonista.
Otro elemento que lamentablemente no funciona es la bestia en si. Jonathan Brek, vuelve por tercera oportunidad a ponerse el traje del demonio, un “villano” que a medida que fueron pasando los años, cada vez genera menos miedo. En varias ocaciones sus actos llevan a la burla y al chiste, una lástima.
En resumen, esta intercuela solo funciona para enganchar sus dos cintas anteriores, pero si se quiere hilar más fino, solo sirve como un revival. Lo único realmente bueno son los guiños hacía sus dos hermanas de la franquicia.