La víctima es el buen cine.
Jeepers Creepers: la reencarnación del demonio (2022) es una película de terror, dirigida por el realizador finlandés Timo Vuorensola y protagonizada por Peter Brooke, Sydney Craven, Ocean Navarro, Dee Wallace y elenco. La trama da cuenta de una joven pareja, compuesta por Chase (Imran Adams) y su novia Laine (Sydney Craven), ambos fanáticos a todo lo referido al cine de terror y que arribarán a una particular convención para admiradores de este tipo de cine. Laine, quien está embarazada aunque su pareja aún no lo sepa, comenzará a tener unos extraños sueños dónde The Creeper, un monstruo/demonio sobrenatural y que sale a matar/comer a sus víctimas cada 23 años, la acecha y donde su futuro bebé esta siendo adorado por un culto de índole satanista. Confundida, trata de convencer a su novio Chase para irse del lugar, pero él, demasiado maravillado por todo el ambiente de festejos, cosplay y homenajes a su amado género del terror, ni lo piensa, negándose a la idea. Es entonces cuando el Creeper se vuelve realidad, matando salvajemente a sus víctimas y buscando a su directo sucesor, el bebé que Laine lleva en su vientre.
Jeepers Creepers: Reborn, tal su nombre original, es un muy fallido intento para renovar la franquicia que comenzó en el año 2001 el director Víctor Salva, lanzando con algo de inventiva una nueva figura terrorífica, The Creeper, una especie de hombre de la bolsa, que contaba con alas de murciélago y subía a micros escolares para despedazar y comerse a incautos adolescentes cada 23 años. Esta primera película tuvo el apoyo y la producción ejecutiva del director Francis Ford Coppola (nada menos), ganándose un cierto aprecio por parte de los seguidores de este tipo de cine. Hay que aceptar que la historia tenía originalidad, buen ritmo y estaba muy bien fotografiada. La acusación y sentencia por cargos de pedofilia a su director Víctor Salva, un delito nefasto, tiznó de cierto tono maldito al filme, aunque de todas formas el producto gozó de un inusitado éxito a nivel mundial.
El comienzo de Jeepers Creepers: la reencarnación del demonio parece ser lo único decente que se va a poder apreciar a lo largo de su desafortunado metraje. Una pareja de ancianos (allí se dará la corta pero precisa participación de la actriz Dee Wallace, todo un ícono del cine de género de los años 80’s, gracias a sus interpretaciones en películas de culto como Aullidos, E.T, el extraterrestre y Cujo), sufrirá de los ataques del asesino serial sobrenatural The Creeper en una desolada carretera, convirtiendo a esta secuencia en una especie de reboot de la película original. Luego la posterior escena nos mostrará que estas primeras imágenes forman en realidad parte de un documental que Chase y Laine están mirando y es entonces cuando el recurso del cine dentro del cine es aplicado por su director Vuorensola, un especialista en el cine de clase B y cuyas producciones viran mucho más al ridículo que a la calidad cinematografica.
El resto de la película es mejor olvidarla. Pobres (en el más literal sentido de la palabra) efectos especiales, muertes copiadas de otras películas del género y vistas mil veces, un desacertado uso del espacio físico (una cabina de escape) y lo peor de todo unas líneas de diálogos sin sentido y llenas de obviedad. El resultado no es para nada recomendable: la película está más cercana a la saga cómica Scary Movie o un capítulo del dibujo animado Scooby Doo. Si bien trata de demostrar lo contrario, aburre y no entretiene. Quizás sea hora de preguntarse para qué continuar exprimiendo una idea que no da para más. Más allá de su rentabilidad económica, creo que el fan del cine de terror, así como lo son los protagonistas Chase y Laine, merecen un poco más de respeto y estima a su inteligencia y pasión por el horror.