Tras el interesante biopic ''J Edgar'' (sobre el legendario director del FBI Edgar Hoover) y una actuación, casi por compromiso, en ''Curvas de la vida'', Clint Eastwood vuelve a la dirección en esta adaptación de la comedia musical de Marshall Brickman, que conquistó Broadway y gano cuatro premios Tony, basada en la historia real de Frankie Valli y el grupo “Four Seasons”.
C. Eastwood, que ha pasado por diversidad de géneros incursiona ahora en el musical demostrando una vez más su gran manejo del lenguaje cinematográfico y talento para sostener una historia, que no es suya, durante dos horas y cuarto y con un elenco carente de estrellas de Hollywoodenses.
La película cuenta la historia de cómo cuatro jóvenes de Nueva Jersey, con su entorno marginal italoamericano característico de la época, se unieron para crear el icónico grupo musical "The Four Seasons", que impulsado fundamentalmente por la voz tan particular de Frankie Valli y las letras de Bob Gaudio revolucionó el panorama musical en la década de los 60 en Estados Unidos con hits que influyeron en toda una generación como 'Big Girls Don't Cry', 'Grease', Sherry o 'Can't take my eyes off you'.
Recorre desde la formación de la banda, sus esfuerzos, sus relaciones familiares, con managers, productores musicales y sus asociaciones con importantes y conocidas figuras del crimen organizado hasta su ascenso a la fama y su repentina disolución, que desembocó en una larga carrera solista de Valli.
Desde los títulos iniciales ya se insinúa al espectador que va a asistir a un evento musical, pero lejos de parecerse a películas musicales como Los Miserables, Eastwood impondrá su estilo poniendo el acento en los conflictos dramáticos de sus protagonistas más que en los números musicales propios de la obra que adapta.
Con una estructura que va alternando la narración en off, con miradas a cámaras de los protagonistas que nos cuentan su perspectiva de los hechos, va yendo y viniendo en la línea temporal jugando con la complicidad del espectador.
Si bien reitera muchos de los clichés propios de filmes que también narran el surgimiento, ascenso, auge y caída de grupos musicales, Eastwood sabe imponerle ritmo y estilo al relato con una perfecta reconstrucción de época, ambientación y fotografía, que por momentos recuerda al film de Martin Scorsese Buenos Muchachos (el barrio, la familia, la mafia), y donde funcionan muy bien los hits cantados prácticamente igual que los originales.,
Otro acierto del director es la ausencia de estrellas, logrando equilibrar a un mismo nivel todas las actuaciones y destacándose Christopher Walken (como el principal gánster de N. Jersey y pieza clave en varios momentos de la banda).
John Lloyd Young, que demostró en Glee tener una voz privilegiada, no tiene el carisma suficiente para destacarse por sobre los otros a pesar de su importante papel; Michael Lomenda y Eric Bergen hacen muy buenos secundarios como Nick y Bob pero siempre tras las figuras de Young y Vincent Plazza, como el descarriado Tommy Devito.
Jersey Boys es una mezcla de biopic con musical donde nada sobresale, salvo la coreografía de los créditos finales que rinde homenaje a la comedia musical de Broadway, pero que gracias a la mano del maestro Eastwood deleita visual y musicalmente.