Va en inglés: here comes Mr. Eastwood. Seguramente les resulte extraño que el tío Clint dirija la versión cinematográfica de un musical de Broadway. Sin embargo, no es su primera biografía musical: ya ha realizado en ese género dos obras maestras. Una es “Honkytonk Man” (bio ficcional, con él cantando y tocando guitarra) y la otra es “Bird”, sobre Charlie Parker. Esta historia de los comienzos de los Four Seasons y su cantante, Frankie Valli, es directa, respeta el material de base y pone en escena todas las canciones completas.
Es decir: Mr. E. transforma el film en un documental sobre el musical teatral y sobre Frankie Valli. O, vamos a darle otra vuelta a la tuerca, un documental sobre cómo Broadway hace biografías musicales. El ritmo es perfecto y cuaja con la música (de aquella era limítrofe, donde el jazz y el rock y el pop parecían la misma cosa) y el director tiene un enorme talento para poner la cámara donde debe ir y dejar que los personajes sean como deben ser, no importa si “parece cursi”.
El milagro es que el film, incluso con un material que puede ser fácilmente vilipendiado por la broma fácil, no solo no lo es, sino que elude cualquier amaneramiento y es tan sólido y tan –perdón, Inadi– viril como cualquiera de los otros sabios títulos del director. Hay una ética en la película: la de respetar el arte de los otros; y una épica: la de lograrlo a pesar de cualquier prejuicio.