Terror con estética de telefilm
No es la originalidad lo que distingue a esta película con inocultable look de telefilm. Luego de un accidente automovilístico producido en el inicio de la historia, la joven y atribulada protagonista (la australiana Sarah Snook, de muy buen trabajo) sufre terribles consecuencias: queda en silla de ruedas, pierde a su novio y al hijo que estaba gestando. Desesperada, decide acudir a su padre, al que no ve hace años. Pero el regreso a su casa de la infancia no será buena idea. Aterradoras amenazas se harán cada vez más palpables. Fantasmas, mensajes de ultratumba grabados en viejas cintas de VHS, tarot y ritos vudú son parte de un menú sobrecargado que también incluye una pesada serie de flashbacks que intenta explicar lo que de todos modos resuena obvio, redundante, carente de imaginación, apegado a la fórmula.