Resucitarán tus muertos y en VHS
La historia de Jessie o Jessabelle podría sintetizarse en 20 palabras y la mera descripción se parecería a la de tantos films de terror de los últimos años. Un accidente fatal, un personaje en silla de ruedas, la casa familiar en Louisiana, los espíritus que dan vueltas por allí, algunos toquecitos de rituales vudúes, un lago que nunca falta y que en el fondo esconde enigmas y un televisor y una videocasetera modelo 80 que funcionará muy bien como detonante dramático del relato. Sí, Jessabelle retoma la tendencia inaugurada hace 20 años por el horror japonés con los VHS como revelación de un pasado que altera, ya de por sí, las inestabilidades emocionales y las carencias físicas de un personaje central atribulado por la mala suerte que, de a poco y a puro asombro, comienza a descubrir su verdadero origen. En realidad el producto concebido por Kevin Greutert (responsable de dos films de la saga El juego del miedo) atiborra situaciones fuertes desde muy temprano, quitándole cualquier atisbo de suspenso a una trama poco original. La maltrecha Jessabelle, caracterizada por el buen trabajo de Sarah Snook (actriz de cine y de series de televisión como Spirited) coloca en la balanza a favor algunos momentos de interés de la cinta, en especial, cuando se encuentra sola en esa casa poblada por espíritus y decide, contra todos los pronósticos, visualizar esos VHS que remiten a su pasado, sus padres y a su mismo nacimiento. Allí la construcción del espacio cinematográfico remite a algunos clásicos de los años 80, por ejemplo, El intermediario del diablo de Peter Medak, donde cada objeto de la casa adquiría una funcionalidad protagónica. Pero la rémora dura poco, ya que la trama acumula sin culpas racontos de manual a través de planos de breve duración. Ya lejos, por lo tanto, quedan esos pocos instantes en que Jessabelle se alejaba de las recetas ya establecidas desde El proyecto de la bruja Blair, permitiéndose una pequeña dosis de suspenso y bienvenidas ideas visuales que contrastan con una historia contada a las apuradas y teñida de golpes de efecto de baja calidad.