Después de realizar «Germania» (2012), «La helada negra» (2015) y «La siesta del tigre» (2016), el director entrerriano Maximiliano Schonfeld vuelve al cine con «Jesús López», una película que se centra en el duelo de una familia y un pueblo a través de una mezcla entre la fantasía y la realidad.
Jesús López es el nombre de un prometedor piloto de carreras, que muere en un accidente de tránsito con su moto. Esto significó un golpe muy duro para sus padres, sus amigos, pero también para su primo Abel, un joven tímido y solitario que empieza a transitar los lugares por donde andaba Jesús: se queda en su habitación, usa su ropa y va a los mismos eventos que iba él. Poco a poco esta obsesión y mímesis alcanzarán límites insospechados.
Escrita por Schonfeld junto a Selva Almada, la película ahonda en el duelo individual y colectivo, en la búsqueda de identidad, la falta de porvenir, las tradiciones, los cambios, los vínculos familiares, el estancamiento del pueblo, entre otras cuestiones, a partir del protagonismo que va cobrando Abel con el correr del relato y el lugar que le van otorgando el resto de los personajes, para llenar ese vacío que dejó Jesús. Esto se da de una manera tan sutil como natural, haciendo que por momentos lo real se mezcle con la fantasía y lo místico (los nombres bíblicos no fueron elegidos al azar, sino que cada detalle revela algo).
Joaquín Spahn hace un muy buen trabajo para ir moldeando su personalidad a las necesidades de los demás (y la propia), pasando de ser un joven introvertido, enfocado en el trabajo y en su familia a absorber todos los intereses de su primo. A medida que avanza se va notando una mayor soltura y alegría por las nuevas vivencias que tiene. El resto del elenco acompaña de buena manera, aceptando su comportamiento y recibiendo con brazos abiertos a este «nuevo» Jesús.
Los aspectos técnicos como la fotografía, la banda sonora y la ambientación también ayudan a construir este aire enrarecido y clima de tensión latente, donde todo se va volviendo cada vez más inquietante, a tal punto que la fantasía irrumpe por completo en la realidad de lo que vemos.
En síntesis, «Jesús López» es una lograda película que dialoga sobre el duelo, la búsqueda de identidad y la vida en el pueblo a través de una historia que es difícil quitarle los ojos de encima. Poco a poco el protagonista se va transformando gracias a un buen trabajo del joven actor y al clima que se construye. Un relato hipnótico que vale la pena ver.