El Asesino del Rompecabezas sigue más vigente que nunca.
Thriller de horror y misterio dirigido por los australianos The Spierig Brothers (“Predestination”, 2014)
“El Juego del Miedo” es una saga de películas del subgénero Torture Porn con mucho contenido gore y no apta para gente impresionable. Fue escrita y dirigida James Wan y Leigh Whannel allá por 2004, siendo una cinta que se produjo con bajo presupuesto, pero que con el correr de los años fue ganando adeptos y sumando más dinero en taquilla, considerándola hoy en día una de las franquicias de terror más consumidas del siglo XXI.
Esta octava entrega da inicio cuando en una persecución y luego de un tiroteo es atrapado un peligroso criminal. Tras este suceso queda en estado crítico y posteriormente muere misteriosamente en el hospital, sembrando las dudas de los investigadores.
Más adelante, cinco personas se encuentran encerradas dentro del establo en una granja, atados con cadenas y cubetas en la cabeza y tras escuchar la voz de Jigsaw deberán confesar sus pecados y resolver las pistas si no quieren perecer y ser torturados de las formas más ingeniosas y violentas.
Más tarde, al examinar el primer cadáver de este macabro juego, se dan cuenta de que hay un misterioso asesino imitador que decide continuar con el legado que inició el fallecido John Kramer.
La banda sonora y los flashbacks con giros en la trama que aparecen en esta cinta me hicieron recordar al film “Silencio desde el Mal” (2007), dirigida también por James Wan y en la cual hace un cameo el aterrador muñeco Billy.
Las actuaciones de los cinco prisioneros me parecieron por momentos muy sobreactuadas con gritos poco convincentes. El que apareció para cumplir y nos brindó una decente actuación es el gran Toby Bell (John Kramer). También contamos en esta cinta con las actuaciones de Laura Vandervoort (Anna), Callum Keith Rennie (Detective Halloran), Matt Passmore (Logan Nelson), y Hannah Emily Anderson (Eleanor Bonneville).
Para finalizar, quiero destacar el maquillaje, los efectos especiales y la escenografía que nos dan la sensación de claustrofobia y muerte, de tortura y sufrimiento, de la que nadie podrá escapar si se encuentran en el lugar equivocado.