Una pareja de treintañeros se instaló hace pocos años en Tolhuin, un pequeño pueblo de Tierra del Fuego. Incapaces de poder tener sus propios hijos, Cecilia (Vicky Almeida) y Diego (Diego Gentile) se inscriben en el sistema de adopción para poder formar una familia. La llegada repentina de Joel, un chico de nueve años con una historia muy complicada de fondo, cambiará sus vidas para siempre.
“Joel”, la nueva película de Carlos Sorín (“Historias Mínimas”), es uno de esos relatos intimistas que abordan problemáticas sociales complejas, como es el caso de la adopción tardía, la discriminación, la adaptación a un nuevo entorno y la situación de vulnerabilidad de los niños que no tienen una contención. El film logra visibilizar este contexto del cual no se suele hablar ni en el cine ni en la sociedad en general, provocando una reflexión en el espectador.
Si bien la adopción es una temática complicada, la tardía lo es aún más, porque muchas veces los nuevos padres fantasían con criar a un bebé o niño pequeño desde cero y no a un chico que ya trae consigo una personalidad definida. Asimismo, la discriminación escolar no está tratada comúnmente, como el típico bullying que se aborda en el cine, sino que se incluye también a los docentes y padres como parte de este aislamiento y falta de tacto. Es decir, que la película no solo logra mostrar lo que sucede, sino la forma de hacerlo resulta muy efectiva y original.
Al tener un más conflicto interno que tangible, la cinta se sostiene sobre todo por la construcción de sus personajes. Joel Noguera (Joel) es quien más se destaca en su interpretación, sobre todo porque carece de experiencia anterior. Aún así logra captar la esencia de aquel niño que viene de una familia disfuncional y que de un día para el otro su vida cambia para siempre: se muda de lugar, conoce a sus nuevos padres, empieza una nueva escuela (con un retraso en la currícula), y tiene un nuevo hogar. Con pocas palabras, el pequeño centra su actuación en las miradas y los gestos para cautivar al público. Almeida y Gentile acompañan muy bien a Noguera, encarnando a padres con distintas perspectivas y miedos. Uno se adapta mejor que el otro, uno se siente más frustrado que el otro. Consiguen mostrar de una buena manera las expectativas previas y la realidad concreta, a partir de situaciones inesperadas. También se destaca la participación de Ana Katz en el rol de una mamá del colegio.
Por otro lado, el contexto en el cual se sitúa la historia también es muy importante. No ocurre en ningún centro urbano, sino en un pequeño pueblo de la Patagonia. Su clima crudo y desolado influye en el comportamiento de los personajes y genera un lugar propicio para el desarrollo de la narración.
En síntesis, “Joel” es una película que consigue visibilizar problemáticas poco tratadas tanto en el cine como en la sociedad, a partir de una forma cuidada, sutil, con pasajes dramáticos y otros un poco más cómicos. El elenco logra ensamblarse muy bien para transmitir el lugar que ocupa cada uno de ellos en la historia.